Los bajos precios de los televisores atraen a los ecuatorianos a Ipiales

Clientes, la mayoría ecuatorianos, en un almacén ubicado en el centro de Ipiales llegan a adquirir televisores atraídos por los bajos precios. Diego Pallero/ EL COMERCIO

Clientes, la mayoría ecuatorianos, en un almacén ubicado en el centro de Ipiales llegan a adquirir televisores atraídos por los bajos precios. Diego Pallero/ EL COMERCIO

Clientes, la mayoría ecuatorianos, en un almacén ubicado en el centro de Ipiales llegan a adquirir televisores atraídos por los bajos precios. Diego Pallero/ EL COMERCIO

Con calculadora en mano, Carlos C. transforma de pesos a dólares el precio que se muestra frente a sus ojos. En segundos su rostro pasa de la sorpresa a la incredulidad. Se toma la cabeza. No lo puede creer.

“Este televisor cuesta en Ecuador unos USD 2 400, aquí me sale casi a la mitad”, dice este quiteño de 46 años.

El hombre se abre paso con dificultad en uno de los almacenes ubicados en el centro de Ipiales, Colombia.

Es sábado, día de “superdescuentos”, y el sitio está repleto de ecuatorianos que, como él, buscan un televisor de
alta definición.

Este local es uno de los más grandes de la ciudad. Expende víveres, ropa y aparatos electrónicos, pero los televisores son los que se llevan toda la atención.

Una de las perchas, de unos tres metros de largo, muestra las cajas de las pantallas planas, una junto a otra, como si se tratara de cartones de leche en un supermercado.

Unos pasos más allá, sobre las mesas, las pantallas se exhiben en todos sus tamaños.

Los televisores de alta definición son “miel” para los ecuatorianos, quienes desde el 2012 han visto subir los precios en Ecuador, debido a las restricciones al comercio, con el fin de frenar la salida de divisas en un país dolarizado.

En Ecuador, el arancel tiene dos componentes: un valor fijo que puede ir de USD 73,11 a 158,14, según las pulgadas del televisor, más un arancel adicional que va entre 5 y 20%.

En Colombia, los televisores tienen un arancel del 15%, aunque algunos ingresan en condiciones preferenciales por acuerdos comerciales que mantiene con varios países.

“Mire qué ofertas”, “Mire qué tecnología”, se lee en hojas volantes y catálogos que se entregan en el lado ecuatoriano a cada vehículo antes de que cruce a Colombia.

En ese país, el Día del Amor y la Amistad se festeja en septiembre. En esta temporada, los descuentos son de hasta el 35% en televisores, cuyas ofertas ocupan las primeras páginas de los catálogos.

En el Puente Internacional de Rumichaca, paso fronterizo entre Ecuador y Colombia, los almacenes de Ipiales libran una verdadera guerra publicitaria para captar la atención de los ecuatorianos que, cada vez en mayor número, se dirigen al país vecino a comprar.

El año pasado unos 34 000 ecuatorianos viajaron, vía terrestre, a Colombia por Tulcán, casi dos veces más que en el 2009, cuando 19 128 ecuatorianos salieron por ese paso, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos.

Vendedores de tres almacenes grandes en Ipiales señalaron que entre el 70 y 80% de sus clientes son ecuatorianos.
En un fin de semana se pueden vender en promedio entre 60 y 100 televisores, según los vendedores consultados.

Luis, un quiteño de 36 años, llegó a Ipiales atraído por los bajos precios para adquirir un televisor, el cuarto que compra en el último año.

“En Quito un televisor de 42 pulgadas LG, como el que estoy comprando, cuesta USD  1 200, aquí me cuesta 700. Aún pagando el impuesto por este televisor, me sale más barato”.

Pero no todos están dispuesto a cancelar los aranceles.
En los exteriores de los almacenes algunos ‘cacharreros’ se ofrecen a pasar la mercadería hasta Tulcán por USD 50 o 70, según el tamaño del televisor.

Pedro, un hombre delgado y de mediana edad, se dedica a esta actividad. El recorrido lo efectúa a pie y dice que carga hasta dos televisores por viaje. “Es un kilómetro de distancia”.

Fabián, quien prefirió no dar su apellido, llegó a Ipiales desde Latacunga atraído por los descuentos. Luego de recorrer el almacén, se decidió por una TV de 32 pulgadas. “Es un obsequio para mi esposa. Me ahorro unos USD 200”. Este cálculo no contempla el pago de impuestos. Fabián confiesa que intentará evadir los controles de la Aduana escondiendo el televisor debajo del asiento de su auto.

Francisco Hernández, director distrital de Aduana de Tulcán, explica que ocultar mercadería para evadir el pago de tributos es una contravención que contempla multas de tres veces el valor de la mercadería, además del pago de los aranceles. “Muchas veces el auto queda retenido por meses porque las personas no tienen con qué pagar la multa”.

Además, si el valor de la mercadería excede los USD 3 400 el caso pasa a la Fiscalía y se investiga como delito aduanero, que se sanciona con cárcel de 2 a 5 años.

Hernández explica que se considera mercadería oculta cuando está fuera de la caja, envuelta en mantas, debajo de asientos, entre otros.

El arancel que se paga para ingresar al Ecuador depende de varios factores, pero puede ir entre 56 y 60% sobre el valor.

El funcionario recomienda liquidar en Aduana la mercadería para evitar sanciones. Byron Paredes, director de la Zona 1 de la Unidad de Vigilancia Aduanera, dice que si los fines de semana se venden unos 100 televisores en Ipiales, solo se declara un 20%. “¿Y el resto?”.

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