Los miembros familia Espinel Proaño se dividieron ayer entre el Hospital de Santo Domingo y la Morgue de esta ciudad. Ellos perdieron a tres parientes en un derrumbe en el km 51 de la vía Alóag – Santo Domingo.
Los fallecidos son Jaime Espinel Tayupanta, de 63 años su esposa Rosa Proaño (65) y su hija Marianela Espinel de 40. otro miembro de la familia, Xavier Domínguez, permaneció internado hasta ayer en el Hospital Gustavo Domínguez de Santo Domingo. El es una persona con capacidad especial. Producto del trágico acontecimiento, tiene heridas en la cabeza. Su prima Lucía Espinel mencionó que su estado era estable, aunque para lograr una mejor atención se le trasladaría a una Clínica particular de Quito.
Otra persona herida es Juan Carlos Guadalupe, novio de Marianela. Él tiene heridas en su mano derecha. Fue atendido en el hospital de Santo Domingo, pero ayer su familia decidió trasladarlo al Hospital Andrade Marín de Quito. La pareja laboraba en el la escuela de Enfermería de la Universidad Central del Ecuador en Quito.
La cinco personas regresaban en la tarde y noche del pasado domingo desde Esmeraldas. A las 18.45 llegaron hasta el km 51 de la carretera Santo Domingo Alóag. En ese lugar , un aluvión de rocas, lodo y gigantescos árboles se precipitó y enterró al el vehículo Chevrolet Swift de placas PZK764 de color azul, en el que viajaban la familia.
Ellos retornaban desde las playas de Tonsupa y Atacames, luego de disfrutar de una vacaciones, aprovechando el feriado de Navidad. El grupo familiar debía llegar hasta el sector del beaterio al Sur de Quito, en donde vivía el matrimonio Espinel Proaño.
A unos pocos kilómetros atrás del Chevrolet se movilizaba otra parte de la familia en un Suzuki Forza color rojo. Al llegar al km 51 de la Alóag Santo Domingo, la desesperación invadió a Jaime Espinel Flores, el último de los hijos del matrimonio, un Cabo Primero del Ejército en servicio activo. “Yo solo vi el cuerpo de mi papá enterrado y me desesperé por ayudarlo, pero ya había fallecido”.
Espinel Proaño con un grupo de habitantes del sector y 12 miembros del Grupo de Operaciones de Rescate (GOE) excavaron el lodo para tratar de salvar a sus parientes.
Un trabajador agrícola que transitaba por el sector, Oscar Cedeño, ayudó en esta tarea. “Todos quedamos enlodaditos hasta el cuello, pero lo importante era salvar a la gente”, contó.
Uno pocos minutos después llegaron efectivos del Servicio de Accidentes de Tránsito SIAT. Ellos usaron una tijera hidráulica para abrir las latas del automotor y de esta forma rescatar a los miembros de la familia Espinel.
Un miembro de la Policía informó que al parecer Rosa Proaño y su hija Marianela Espinel murieron de contado. El motivo habría sido la rotura de su cuellos por las piedras que cayeron sobre el techo del automóvil. A ellas se suma el jefe de familia Jaime Espinel Tayupanta, quien gozaba de su pensión de jubilado.
Pese a la difícil situación climática en la región, la operación de rescate culminó alrededor de las 22:00 de la noche del último domingo.
A esa hora, llegó el prefecto de Santo Domingo de los Tsáchilas Geovanny Benítez. Él informó que decidió llevar una cargadora frontal para retirar el material que obstruía la carretera
Benítez mencionó que acudió al lugar por pedido del Comandante de Policía, Pablo Santos. El prefecto aclaró que también dialogó con técnicos de la empresa Hidalgo & Hidalgo. Ellos le manifestaron que no podían llegar al sector con equipo caminero. La Constructora tiene la concesión por el mantenimiento y ampliación de dos a cuatro carriles de esta carretera.
Pese a la voluntad de los trabajadores y técnicos de la Prefectura de Santo Domingo, la carretera no se abrió al tránsito. Otro derrumbe en los km 14 impidieron la apertura. El tránsito vehicular quedó expedito desde las 10:45 de ayer.
Según datos de la Prefectura de Pichincha, por esta vía circulan un promedio de 8 000 automotores en días normales. En los feriados el número sube a 10 000 vehículos livianos y pesados.