Redacción Loja
La casa donde vivía Rocío Castillo, de 35 años, se cayó, en el cantón Macará. Otras 15 familias también perdieron sus viviendas por las fuertes lluvias que cayeron desde el sábado pasado.
Castillo está albergada en la Escuela Antonio Borrero. Llegó con sus hijos Paulina (10), Anahí (2) y Sergio (3 meses). Sentada sobre un colchón, no sabe adónde ir. Las paredes de la casa donde vivía se derrumbaron minutos después de que sacara a sus hijos del dormitorio donde dormían.
“Salí a mirar cómo llovía. De repente, el agua ingresó al corredor. Al regresar al cuarto, empezaba la inundación. Desesperada, agarré a mis hijos y salí. 20 minutos después, la casa se desplomó”, recuerda la lojana.
El inmueble estaba en la esquina de las calles Jaime Roldós y Paquisha, en el barrio San Sebastián. Allí aún permanecen los adobes trizados. El domingo, Castillo removió los escombros en busca de sus pertenencias. Perdió ropa y enseres.
Ella es parte de una de las tres familias que alquilaban el inmueble de propiedad de Senovia Durazno. Los esposos Iván Castillo y María Celi también están albergados en la Escuela Antonio Borrero, junto con su hijo Jostin.
Patricio Veintimilla y su hija Estefanía viven en la casa de un pariente, en la misma ciudad.
Según Nelo Rodríguez, coordinador de la Unidad de Gestión de Riesgos del Municipio de Macará, los albergados pueden ocupar la escuela hasta mayo. Hasta ese mes se prevé concretar la ayuda por parte del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda.
A estas familias, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) de Macará les entregó alimentos, toldos y frazadas.
Celso Santos perdió su casa en el barrio Luz de América. De los dos cuartos que servían como dormitorio para los nueve miembros de esa familia, quedaron solo los escombros.
Según el informe de la Sala Situacional de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos en Loja, Macará es el cantón más afectado por la lluvia en la provincia.
El barrio 5 de Junio también está amenazado. Allí, la creciente de la quebrada La Mandalá minó la margen izquierda y puso en riesgo a 10 casas. Una de esas pertenece a Miguel Gómez.
Según él, una afectación similar ocurrió en el 2000. Desde entonces, los vecinos han pedido, sin éxito, la construcción de un muro de contención para evitar los daños ocasionados por la quebrada La Mandalá. Para ejecutar la obra se necesitan USD 200 000.
Aparte de esa inversión, se requieren USD 1,5 millones para construir otras obras de prevención en Macará.
Las lluvias también causaron daños en el cantón Pindal. Allí preocupa el daño en viviendas. Según el alcalde, Bolívar Jumbo, 35 casas están afectadas.
Para ejecutar obras de prevención, el Cabildo entregó un plan, en noviembre, a la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos.
“Solicitamos USD 380 000 para obras, pero hasta ahora no tenemos ninguna respuesta”.
A Luis Gahona, habitante de ese cantón, le preocupa un brote de dengue. Ayer se confirmaron dos casos positivos de dengue clásico.
Según el director del Centro de Salud, Jorge Castillo, se hicieron siete pruebas a personas con síntomas. Desde hoy se realizarán más exámenes a los habitantes de los barrios pobres.
Más zonas en riesgo
Desde ayer, una brigada de fumigación trabaja en Pindal para prevenir el dengue. El Ministerio de Salud y el Municipio también empezaron una campaña de prevención en las escuelas.
Las vías lojanas están deterioradas, entre ellas Catacocha-Macará, Sozoranga-Macará y Celica-Puyango. Hay 10 casas afectadas en el cantón Sozoranga, una en Calvas, una en Loja y otra en Espíndola.
La lluvia del fin de semana también se sintió en Cuenca, pero en la Central de Emergencias 911 no se registraron llamadas por inundaciones. Según el reporte del Cuerpo de Bomberos de Azogues, tampoco hubo daños en esa provincia.