El Cuerpo de Bomberos de Guayaquil recibió la alerta a las 07:49 de este lunes 6 de noviembre del 2017. A través de una llamada al ECU 911 se reportó la presencia de un olor extraño en los alrededores del colegio Honorato Vázquez, en la vía a Daule, norte de Guayaquil.
La División Especializada de Materiales Peligrosos de los Bomberos no detectó niveles de toxicidad en el sitio. Sin embargo, por precaución, los directivos del plantel decidieron la evacuación de los estudiantes.
No es la primera vez que unidades educativas ubicadas alrededor de zonas de industriales de la ciudad tienen que aplicar medidas preventivas debido a la fuga de químicos.
El pasado 26 de octubre hubo una emergencia similar en el colegio Leonidas García, en el noroeste. Algunos estudiantes tuvieron que ser evacuados en ambulancias y hasta ahora (6 de noviembre) las clases no se reanudan. Los moradores del sector aseguraron que fue a causa de gases emanados por industrias cercanas.
La subsecretaria de Educación del distrito Guayaquil, Erika Laínez, explicó que esperan una inspección integral antes de retomar las actividades en esa institución, que incluso podrían extenderse hasta los sábados para cumplir el cronograma escolar. “Aún no se identifica cuál fue el origen. Estamos esperando que la Secretaría de Gestión de Riesgos emita un informe para determinar el retorno de los estudiantes al plantel”, dijo.
Un día después de la emergencia, 27 de octubre, la Subsecretaría de Educación envió una notificación a la Fiscalía del Guayas para que indague el incidente. Y el 31 de octubre envió otro pedido al Ministerio del Ambiente.
En agosto pasado otros dos colegios públicos fueron evacuados debido a la dispersión de químicos. La Corporación para la Seguridad Ciudadana de Guayaquil informó que el origen era una central termoeléctrica que estaba en mantenimiento. Incluso el Municipio hizo una visita al lugar para recabar información.
En esa ocasión, ambulancias de los Bomberos de Guayaquil y del Ministerio de Salud atendieron a varios alumnos que presentaron irritación en sus vías respiratorias. Varios vecinos del lugar también requirieron ayuda médica.
La subsecretaria Laínez indicó que cuentan con un sistema de evaluación continua para prevenir este y otro tipo de riesgos alrededor de las instituciones educativas.
En tanto, los bomberos sugieren un mayor control por parte de la empresa privada. “Nosotros atendemos en emergencias por fugas de cloro gas, no cuando se trata de mantenimientos. Cuando ya es algo cotidiano se debería hacer un análisis de calidad de aire y verificar en las empresas el mantenimiento periódico del sistema de enfriamiento, que usa amoniaco. Pero eso es algo que no corresponde realizar a Bomberos Guayaquil sino a la empresa privada”, explicó el mayor Pablo Segale.
La institución da algunos consejos ante estos casos, como salir a un lugar abierto o ventilar el espacio donde haya concentración de gases. Si hay picazón en la nariz, tos o dolor de cabeza, es recomendable lavarse la cara con agua y buscar asistencia médica. No es bueno automedicarse.