La detenida por el caso Gabriel Cruz daba esperanza a todos de que podían encontrarlo vivo, durante la intensa búsqueda del desaparecido. Foto: EFE
La detenida Ana Julia Quezada, acusada por la muerte de Gabriel Cruz, había generado la esperanza de que el niño aún estaba con vida, informó la Guarda Civil española este jueves 15 de marzo del 2018. Así lo publica el diario ABC de España en su versión digital.
Además, los investigadores españoles creen que la detenida, pareja del padre de la víctima, actuó sola, según explicaron a la prensa.
“No tenemos indicios para pensar que haya terceras personas implicadas. Para nosotros la autoría es de Ana y lo hace siempre sola“, dijo en una rueda de prensa en Almería (sureste de España) José Hernández Mosquera, comandante de la Guardia Civil de esta ciudad andaluza.
Por otro lado, el comandante Juan Jesús Reina apuntó a los posibles celos de la mujer de origen dominicano hacia el niño. Según explicó, “para Ángel, el papá, Gabriel era lo más importante”, y le dedicaba cualquier rato libre.
La mujer pasó a disposición judicial e ingresó en prisión provisional y sin fianza, indicó la tarde de este jueves el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Se le investiga por los delitos de asesinato y detención ilegal.
Reconstrucción de los hechos
El niño Gabriel Cruz desapareció el pasado 27 de febrero al salir de casa de su abuela en Las Hortichuelas, en una zona montañosa y poco poblada de la provincia de Almería.
La autora confesa del crimen, Ana Julia Quezada, ocultó durante doce días el cadáver del niño en un agujero tapado con piedras y tablones. Foto: EFE
Después de días de intensa búsqueda, el pasado domingo 11 de marzo, la Guardia Civil encontró el cadáver cuando pretendía ser llevado en el maletero del auto de Ana Julia Quezada, y fue inmediatamente detenida. El martes 13 de marzo, durante los interrogatorios, la mujer de 43 años confesó haberlo matado.
El teniente coronel Hernández explicó que detectaron en su comportamiento “ciertas anomalías”. La investigación centró en su figura después de que ella encontrara una camiseta del niño, a cuatro kilómetros de donde desapareció.
Para los policías, el detalle sospechoso era que la prenda estaba seca, pese a las lluvias habidas en la zona por aquellos días. A partir de ahí observaron que iba con regularidad, aunque siempre acompañada, a una casa que tenía en la zona Ángel, el padre del niño.
En ese lugar, junto a la vivienda, había cavado un agujero tapado con piedras y tablones, que señaló a los investigadores durante la reconstrucción de los hechos.
La Guardia Civil recordó que según la autopsia, el niño murió asfixiado el día de su desaparición, y cree que estuvo en ese agujero hasta el pasado domingo 11 de marzo.
Debate sobre la prisión permanente revisable
El caso de Gabriel Cruz coincide con un debate político en España sobre la prisión permanente revisable (cadena perpetua revisable), una figura introducida en el Código Penal en 2015 por el gobernante Partido Popular.
Permite en determinados casos (terrorismo, ciertos asesinatos) imponer una pena de reclusión de duración indefinida, revisable como muy pronto al cabo de 25 años entre las rejas.