Los damnificados de Milagro fueron al Albergue Municipal del barrio Las Piñas. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Pese a que no se reportaron aguaceros en las últimas horas, varias localidades de la Costa sienten los efectos del invierno y la consecuente inundación de zonas urbanas y rurales.
Las precipitaciones en la región Interandina están provocando que los ríos del Litoral incrementen sus niveles a tal punto que autoridades de Babahoyo y Urdaneta, en Los Ríos; y Jujan, Durán; y Milagro, en Guayas, analicen la posibilidad de declarar sendas emergencias cantonales.
Uno de los mayores problemas se presenta en Guayas. En el cantón Durán, por ejemplo, la maquinaria municipal no solo que contuvo el desbordamiento del río Bulubulu sino que restableció el paso hacia los recintos Pocos Palos, La Zanja y El Gallinazo.
El Bulubulu rompió el muro en cinco puntos aislando a unas 800 personas en la vía que conecta hacia Taura.
La alcaldesa Alexandra Arce se contactó con canteras privadas para obtener el material pétreo que sirvió para restablecer los muros y las vías de acceso. Las empresas también colaboraron con equipos.
Gonzalo Menoscal, director municipal de Gestión de Riesgos, informó que de agravarse la situación no se descarta una declaratoria de emergencia. Se ha coordinado con la Base de Artillería en Taura para un posible traslado de las familias evacuados de sitios críticos.
En el cantón Jujan está activo el Comité de Operaciones Emergentes (COE) por el desbordamiento del río Amarillo. Ahí están afectadas 50 familias, cuyas casas y cultivos de arroz se inundaron.
El alcalde Nicolás Ugalde dijo que los sitios con más problemas son los recintos Los Amarillos, La Otilia, El Tránsito, El Mango, que están ubicados en la vía hacia el cantón Simón Bolívar. El Cabildo analiza una posible declaratoria de emergencia y la evacuación voluntaria.
Mientras, en Milagro la inundación se mantiene desde el fin de semana en los barrios en Margarita II, Unida Norte, San José, Las Pozas.
Hasta que pase la emergencia en esas zonas, a los damnificados les toca adaptarse y convivir en un mismo sitio con otros grupos familiares.
El Albergue Municipal del barrio Las Piñas es hogar temporal de 99 personas de los sectores anegados. Un grupo limpia el lugar, mientras otro se encarga de la preparación del almuerzo. “Este es nuestro hogar provisional y todos debemos darnos una mano”, dijo María, una de las albergadas.
Bajo la supervisión de personal municipal y del Ministerio de Inclusión Económica y Social se organizan en las tareas. Además, participan en charlas motivacionales y los niños en juegos recreativos.
En Los Ríos
En el sector agrícola de Urdaneta (Los Ríos), los damnificados no cuentan con las mismas facilidades. En Manabí Chiquito y San Antonio, de la parroquia Ricaurte, 25 familias afectadas por el desbordamiento del río Catarama se niegan a abandonar sus casas.
Karen Zambrano, del COE cantonal, explicó que se rompió un tramo de 20 metros, por lo que los cultivos de arroz y cacao quedaron bajo el agua. “La gente prefiere quedarse en sus casas y por esa causa se coordina la entrega de raciones alimenticias y agua que es lo que más necesitan”.
En la vía Babahoyo-Montalvo los damnificados por el desbordamiento del río San Pablo fueron a hogares acogientes, explicó Ramón Larenas, director de Gestión de Riesgos de Babahoyo.
En el recinto Nueva Esperanza de la parroquia El Salto existen al menos 30 familias incomunicadas. El COE cantonal analiza la posibilidad de declarar en emergencia al cantón Babahoyo.
Alerta en Esmeraldas
En Esmeraldas, las lluvias que se presentaron en el centro de la provincia , provocaron el desbordamiento de los ríos Esmeraldas y Teaone, que puso en alerta a las autoridades.
El aumento del caudal, que inundó una parte de la isla Pianguapí, reunió de manera urgente al Comité de Operaciones de Emergencia, para preparar a los habitantes de las islas y de la ribera del Teaone.
Tras la alerta, los equipos de intervención inmediata del Municipio, Armada y Cuerpo de Bomberos estuvieron atentos en caso de una intervención.
Se trataba de prevenir un nuevo desastre como el ocurrido el pasado 25 de enero que dejó a más de 3 500 esmeraldeños damnificados. Por eso un equipo técnico monitorea el aumento del caudal.
Granizada en Cuenca
Una fuerte lluvia con granizo y descargas eléctricas se registró ayer en el cantón Cuenca. No se reportaron problemas en el área urbana, pero sí hubo un deslizamiento en el kilómetro 94 de la vía Cuenca-Molleturo-Puerto Inca.
Un carril está habilitado hasta que se limpien los escombros. La carretera une a las provincias de Azuay con Guayas. También, se reportó la caída de un árbol en la vía autopista Cuenca-Azogues, que ya fue retirado.
Los caudales de los ríos Tomebamba, Yanuncay, Machángara y Tarqui aumentaron, pero no hay riesgo de desbordamientos, según la Red de Monitoreo de la Empresa de Telecomunicaciones, Agua Potable y Alcantarillado.
Algunas vías hacia sectores rurales como Quinta Chica y Ricaurte también registraron desprendimientos de piedras.
El paso por la Cuenca-Girón Pasaje, sector de Sarayunga (cantón Pucará), está habilitado de forma parcial. El tránsito se interrumpió el lunes por el colapso en una quebrada.