El secreto estaba en la persuasión. A través de correos electrónicos, hojas volantes y falsas páginas en Internet, una red de estafas ofrecía lo imposible: créditos a menos del 5% de interés anual y con requisitos mínimos.
Isabel fue una de las personas que cayó en el engaño. En enero de 2016, recibió una hoja volante cuando viaja en un bus. Allí se promocionaba una empresa seria, cuya misión era ayudar a las personas.
Isabel se contactó con la supuesta compañía a través de correo electrónico para solicitar información. Le pidieron sus datos personales: certificado de su trabajo, dirección y croquis de su casa, estados financieros, copias de cédula y de papeleta de votación.
Ella entregó todo. Un día más tarde le confirmaron que su préstamo por USD 30 000, a 10 años plazo y a un 6% de interés, estaba aprobado. Pero había una condición: tenía que entregar
USD 900 como “encaje” para supuestos gastos operativos.
“Yo ese momento no tenía, así que me olvidé del asunto. Un mes después me enviaron un correo explicado que debía pagar las primeras cuotas del préstamo. ¿Cómo podía ser eso si no me habían la plata?”, cuenta. Preocupada llamó a la supuesta empresa, allí una persona le dijo que era un error, pero que por “ayudarle” le iban a esperar para que consiga el dinero del “encaje”.
La mujer incluso pidió prestado y cuando completó el monto hizo un depósito bancario. Ese fue el primero de una serie de pagos que le exigían para que supuestamente le entregaran el préstamo. “Decían que era para pagar abogados porque traían el dinero de Panamá”. En total cree que entregó USD 1 700 a diferentes cuentas de personas naturales.
“Cuando me di cuenta que me estaban engañando exigí que me devuelvan mi dinero. Pero el hombre (por una llamada telefónica) se pudo serio y me advirtió que no me ponga ‘altanera’ porque podía pasarme algo a mí o a mi familia, pues tenían todos mis documentos”, relata.
Carlos Alulema, director Nacional de la Policía Judicial, asegura que en las últimas dos semanas se han receptado más de 50 denuncias en diferentes ciudades del país de posibles perjudicados de la misma red que estafó a Isabel.
Actualmente dos cabecillas y ocho integrantes de la banda ya están detenidos en Quito. El último operativo se realizó el viernes pasado y allí se incautaron 28 celulares, que supuestamente se usaban como teléfonos de “asesores de cuentas”.
Alulema explica esta banda “tenía presencia nacional” y que los integrantes “persuadían a las víctimas para que les entregaban su dinero, luego desaparecían”.
Viviana, nombre protegido, entregó USD 117 896 a esta red. En su denuncia, la mujer explica que desde el 2012 hizo depósitos regulares “con enganche” y cuando descubrió que era una estafa, los sospechosos le intimidaron. “Incluso me he quedado en la quiebra, hemos realizado con mi madre préstamos en muchos lugares, depositamos el dinero de una herencia, hemos pedido a los chulqueros y ahora no podemos pagar ni recuperar nuestro dinero”, dice la perjudicada en su denuncia.
El oficial Alulema advierte a los ciudadanos y solicita que primero se asesoren bien. Sobre todo, que no confíen en empresas que están por fuera del sistema financiero.