El Geofísico se basó en una escala denominada Macrosísmica Europea para determinar la intensidad del terremoto del 16 de abril. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
En la localidad manabita de Pedernales y en San José Chamanga, en Esmeraldas, la intensidad del terremoto del 16 de abril pasado alcanzó el nivel 9, en una escala del 1 al 12. Esto se traduce en un sismo de tipo destructivo en ambos lugares.
Estos fueron los primeros resultados que el Instituto Geofísico obtuvo tras la recolección de datos registrados por las estaciones sísmicas que tiene esta entidad en todo el país.
La intensidad no es igual a la magnitud, que en este caso alcanzó los 7.8 grados. La primera medición se establece según los daños que provoca el fenómeno en las poblaciones y sobre todo en las estructuras.
Así lo aclaró Mario Ruiz, director del Geofísico, el pasado miércoles. La visita a las zonas más afectadas en los primeros días, fue fundamental para esta valoración. “Teníamos que verificar los efectos de los sismos antes que se altere la escena, porque las personas en su afán de rescatar a los demás o a sus bienes, podían alterar las condiciones originales en las que quedaron las edificaciones”, aclaró Ruiz.
Para la medición, el Geofísico se basó en una escala denominada Macrosísmica Europea, que clasifica en 12 niveles, a las afectaciones (ver gráfico).
Según Juan Carlos Singaucho, experto en estructuras y docente de Ingeniería Estructural, la distribución de los daños en el país fue particular con este sismo. “Esta se va hacia la parte sur del epicentro, desde Pedernales hasta Bahía”. Es decir, que la ruptura de las placas se prolongó desde el epicentro, unos 100 km al sur.
Las afectaciones en cada poblado también dependieron del tipo del suelo, por donde viajaron las ondas del sismo.