Se cumplen dos años del bombardeo de Angostura. ¿Cómo ha cambiado el trabajo militar en la frontera?
El ataque de Angostura tuvo varias repercusiones. Nos afectó a los militares, especialmente, porque tenemos nuestra formación. Y estamos conscientes de que nuestra misión constitucional es la defensa de la soberanía e integridad territorial. Pero no es fácil asimilar estos golpes que se producen repentinamente. Por eso se ha mejorado el entrenamiento militar y ahora reciben capacitación permanente, en tiempo real. Es decir ya no son pruebas de laboratorio, como era antes.
¿Qué pasó con el trabajo de Inteligencia, que se reconoció que tenía fallas?
Hay que reconocer que estaba en una situación precaria el sistema de Inteligencia. Antes, la búsqueda de información se orientaba básicamente a la parte humana. Consideramos que eso era una gran debilidad, de suma gravedad. A partir de ello hemos fortalecido decididamente el sistema de Inteligencia y se la ha tecnificado. Se ha dotado de equipos con mayor tecnología y mucho más modernos, que evitan el desgaste del personal humano. La tecnología, la información, los nuevos equipamientos economizan el esfuerzo de la gente y a eso estamos propendiendo: A tecnificarnos más, a tener mejor tecnología, a encontrar mejores sistemas de comunicaciones…
El bombardeo de Angostura demostró falencias en varios niveles, de alerta, reacción, prevención… ¿Qué acción se ha tomado para cambiar esta situación?
Se compraron radios que nos permiten comunicarnos en cualquier parte de la frontera. Antes era imposible por la situación del terreno comunicarse bien. Hemos privilegiado la alerta temprana, con la adquisición de radares chinos. Al momento están ubicados los dos radares que nos prestaron en la línea de frontera. Pero el contrato de la compra con empresa china determina que a fin de este año llegarán los cuatro radares definitivos, que serán ubicados a lo largo de la frontera norte. Pero los dos ya están trabajando. También se ha privilegiado el equipamiento de lanchas rápidas, que permite el desplazamiento más veloz y mejorar el control de los ríos, que son las principales vías de comunicación para abastecimiento, armamento, personal, y todo lo necesario para logística.
¿Cómo se han reforzado los controles en la frontera?
A partir de 2008, nuestra primera preocupación fue la actualización de la planificación militar en defensa interna. Nos tardamos casi un año. En febrero de 2009 entró en vigencia la nueva concepción de cómo emplear mejor las fuerzas, definir el escenario, contar con modernos medios y aplicar de mejor manera los principios para operar en la selva.
Y esa planificación ¿qué resultados ha arrojado?
Esta nueva organización permite el mando único, un mejor control, mejorar en varios ámbitos, logística, Inteligencia… Ahora operan hombres de las tres fuerzas armadas, antes no veíamos aquello, dejábamos que la Fuerza Terrestre lleve la carga principal. Ahora hay infantes de Marina para el control de ríos; y de Fuerza Aérea para reconocimientos.
¿ Y la relación entre militares y habitantes de frontera?
Ese tema siempre será neurálgico porque tanto las fuerzas legales militares como las fuerzas ilegales que operan en la zona querrán el apoyo de la población. Yo pediría a la gente la debida comprensión, porque operamos ahí y necesitamos la ayuda de los moradores y entendemos el modus vivendi de la gente, de cómo ellos trabajan. Y pido a los uniformados que trabajen de la manera más seria, más profesional.
¿Cuánto se ha invertido en mejorar la situación operativa de las Fuerzas Armadas?
Los recursos dependen de la valoración de la calidad de seguridad que se necesita para el país. Esos recursos se han utilizado eficientemente tratando de adquirir lo mejor. El Presidente dijo que hasta el momento se han destinado USD 398 millones para las FF.AA. Pero también es de conocimiento público el abandono en el que estaban las fuerzas desde hace 12 años. No estamos fortaleciendo las Fuerzas Armadas, estamos recuperándolas.