Washington, DPA
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, apoyó hoy la suspensión de Honduras del organismo hemisférico al constatar que no existe “ninguna disposición” de las autoridades de facto de Tegucigalpa a restaurar en la presidencia al derrocado presidente Manuel Zelaya.
“No creo que exista alternativa a continuar con la postura y considerar la aplicación del artículo 21 de la Carta Democrática Interamericana”, dijo Insulza ante la Asamblea General extraordinaria convocada ayer en la sede de la OEA en Washington para tratar la crisis en Honduras y la eventual suspensión del país centroamericano.
“Creo que debemos aplicar este artículo”, agregó en referencia a la disposición dentro de la Carta Democrática Interamericana de 2001 que prevé “suspender del ejercicio de su derecho de participación” en las instituciones de la OEA a un país cuando se constate la “ruptura del orden democrático” en éste.
El secretario general de la OEA presentó ante la Asamblea General extraordinaria, en la que participan la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y el propio Zelaya, el informe de las gestiones diplomáticas que el organismo le encargó el pasado miércoles, cuando aprobó una resolución en la que se dio al gobierno de facto en Honduras un ultimatum de 72 horas -que expiró hoy- para restablecer el orden constitucional en el país.
Insulza llegó hoy mismo de Tegucigalpa, adonde viajó la víspera en el marco de sus negociaciones para entrevistarse con diversos sectores de la sociedad -pero no con el gobierno de facto de Roberto Micheletti- en la búsqueda de una solución diplomática a la crisis desencadenada con el golpe de Estado del pasado domingo que derivó en la expulsión de Zelaya y la instauración de un gobierno no reconocido internacionalmente.
Según explicó, durante su estancia de menos de 24 horas en la capital hondureña se reunió con el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Jorge Rivera, y con el cardenal primado de Honduras, Oscar Andrés Rodríguez Madariaga, así como con diversos representantes de partidos políticos locales y actores internacionales.
Su conclusión es que “no existe de parte del gobierno de facto ni de la Corte Suprema de Justicia ninguna disposición a modificar la conducta asumida” tras el golpe de Estado de Honduras, explicó ante la Asamblea General.
“No hay ninguna acogida” a la posición de la OEA de que retorne a la presidencia Zelaya, agregó, a la par que calificó la conducta del gobierno de facto de Roberto Micheletti y la Corte Suprema hondureña de “bastante rígida” tendente incluso “a endurecerse”.
Insulza indicó que pese a que constató un ambiente de “extrema tensión” en Tegucigalpa, por el momento “no hay señales de violencia en la calle”.
Sin embargo, advirtió que de mantenerse la tensión, “existe un alto riesgo de que derive en hechos de violencia”.
En este sentido, el secretario general indicó que en Honduras existe un “gran temor a la violencia” y una “gran incertidumbre” respecto a lo que podría ocurrir si Zelaya decide finalmente regresar este domingo a su país, un plan que el derrocado mandatario hondureño corroboró a periodistas a su llegada hoy a la sede de la OEA en Washington.
Al respecto, el ministro de Estado para las Américas de Canadá, Peter Kent, afirmó ante la Asamblea General que su país no considera conveniente el regreso inmediato de Zelaya a Honduras.
“Canadá cree que por ahora no es el momento adecuado para el regreso del señor Zelaya a Honduras”, al estar “menos que claro” que las actuales condicones “puedan garantizar su seguridad” a su retorno, dijo.
Además, abogó por que más allá de suspender a Honduras de la OEA, los países del hemisferio sigan trabajando para hallar “vías creativas” para “incorporar a los actores relevantes” de la crisis en una salida al “actual impasse”, dijo.
Tras la presentación del informe de Insulza, el presidente de la Asamblea General extraordinaria, el canciller argentino Jorge Taiana, llamó a un nuevo receso para volver a negociar las posibilidades y llegar a un acuerdo generalizado sobre el proceso a seguir.