La empresa Agroapoyo comercializa frutas deshidratas, para el consumidor final y a nivel industrial. Desde 2013, esta empresa cuenta con certificados BPM y HACCP. Foto: Archivo/EL COMERCIO
La inocuidad de los alimentos se ha convertido en un factor determinante para la competitividad en mercados internacionales.
En Ecuador, el Reglamento de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) para alimentos procesados se emitió en el 2002. Luego, en 2012 se establecieron plazos para el cumplimiento de este reglamento. Sin embargo, desde diciembre del 2015, con la emisión de la Resolución 067, el certificado de BPM dejó de ser obligatorio.
De las 280 empresas de alimentos afiliadas a la Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa de Pichincha (Capeipi), apenas entre el 12 y el 15% cuentan con certificado de BPM.
Christian Cisneros, director de la Capeipi, explicó que el avance en la materia es “complicado” porque se necesita de inversión de parte del empresario para modificar algunos procesos productivos.
Desde el 2013, Agroapoyo, empresa comercializadora de frutas deshidratados, cuenta con el certificado BPM y con el certificado en Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HACCP, por sus siglas en inglés), que garantiza la inocuidad.
Sobre el HACCP, María Del Carmen Narvaez, gerente de la firma, explicó que en cada paso del proceso se van analizando las posibilidades de riesgo, incluso realizan controles a proveedores, a quienes les brindan capacitación en postcosecha.
“Nuestros productos son naturales, no añadimos conservantes. La deshidratación es un proceso de conservación natural”, subrayó Narvaez.