Una iraní sostiene imágenes del actual presidente iraní y candidato presidencial Hassan Rouhani durante una marcha política en las calles de Teherán. Foto: EFE.
Los iraníes comenzaron a votar este viernes 19 de mayo de 2017 en las elecciones presidenciales que enfrentan al aspirante a un segundo mandato, el moderado Hassan Rohani y el religioso conservador Ebrahim Raissi.
Las mesas de votación abrieron a las 03:30 GMT (22:30 del 18 de mayo en hora de Ecuador). Unos 56,4 millones de electores están habilitados para pronunciarse entre continuar con la política de apertura al mundo preconizada por Rohani y el nacionalismo defendido por Raissi.
El balance de Rohani, de 68 años de edad, es cuestionado por Raissi, de 56 años y próximo al guía supremo, el ayatolá Ali Khamenei.
Khamenei votó pocos minutos después de la apertura de los comicios. “El destino del país está en manos de los iraníes”, dijo el líder religioso.
Largas colas de electores comenzaron a formarse desde la mañana en distintos puntos de Teherán, la capital del país.
Las elecciones se desarrollan en un ambiente de creciente tensión con Estados Unidos, tras la elección de Donald Trump, que el sábado 20 de mayo estará en Arabia Saudita, gran rival de Irán en la región.
Elegido en la primera vuelta en 2013, con el 50,7% de los votos, Hassan Rohani, aliado de los reformistas, aspira a un segundo mandato de cuatro años.
El mandatario recibió el apoyo de su primer vicepresidente, Es-hagh Jahanguiri, un reformista que retiró su candidatura y llamó a votar por él.
La intención de Rohani, pese a la hostilidad estadounidense, es continuar con la apertura iniciada en julio de 2015 con un acuerdo nuclear histórico con las grandes potencias, entre ellas Estados Unidos.
A cambio de su compromiso de desarrollar una política nuclear con fines estrictamente civiles, Teherán obtuvo un levantamiento parcial de las sanciones internacionales que obstaculizaban el desarrollo de su economía.
Se produjo además una impresionante caída de la inflación, que ha disminuido cerca del 40% en 2013 a alrededor del 9,5% actual.
Sin embargo, más allá de la recuperación de sus exportaciones de petróleo, el acuerdo nuclear que entró en vigor en enero de 2016, de momento no ha atraído las inversiones extranjeras esperadas. Son únicamente de USD 1 000 a 2 000 millones, mientras que el gobierno cifra en USD 50 000 millones por año la suma necesaria para relanzar su economía.
Los inversores y grandes bancos internacionales continúan reticentes por la actitud de Estados Unidos que, desde la llegada al poder de Donald Trump en enero, ha reforzado las sanciones no relacionadas con el programa nuclear, así como con el opaco sistema económico y financiero de Irán.
Ebrahim Raissi, que no cuestiona el acuerdo nuclear, deseado por el guía supremo Ali Khamenei, se ha beneficiado denunciando la falta de resultados de este compromiso, que no ha favorecido a los más necesitados, a los que Raissi dice querer defender.
Este critica las malas cifras de desempleo que golpea al 12,5% de la población y al 27% de los jóvenes. Asimismo acusa al gobierno de Rohani de actuar solo para “la oligarquía” del “4% más rico” del país.
Tanto para él como para el guía supremo, la salvación pasa sobre todo por “la economía de resistencia” , con el foco en la producción y las inversiones nacionales.
La gran incógnita de esta votación presidencial es la tasa de participación y la posibilidad de una segunda vuelta el 26 de mayo, si uno de los candidatos no obtiene más del 50% de los votos.
Los habitantes de los barrios populares de Teherán se hacen pocas ilusiones acerca de los cambios que pudieran suceder en su vida tras las elecciones, sea cual sea el resultado.