Buenos Aires, París, AFP
El ex capitán de la marina argentina Alfredo Astiz, ‘el ángel rubio de la muerte’, comenzó a ser juzgado hoy junto a otros 18 represores por la desaparición de dos monjas francesas durante la pasada dictadura (1976-83), constató una periodista.
En el banquillo están sentados Astiz y otros 18 represores que actuaron en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) , emblemático campo de concentración de la dictadura por donde pasaron unos 5 000 desaparecidos, incluidas las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet.
El Tribunal Oral Federal Número 5 juzga también a Jorge ‘el Tigre’ Acosta, jefe de inteligencia de la ESMA, y a Alfredo Donda Tigel, que secuestró a su hermano y se apropió de una de sus hijas, Victoria Donda, hoy diputada.
Mientras tanto Francia se congratuló hoy por la apertura en Buenos Aires del juicio sobre la “tristemente célebre” ESMA en el que comparecerá el ex capitán de fragata Alfredo Astiz, condenado por la justicia francesa, y saludó la “voluntad política” de las autoridades argentinas.
“Francia se congratula por la apertura hoy en Buenos Aires del juicio de la tristemente célebre Escuela Superior de Mécanica de la Armada en el cual comparecerá el ex capitán Alfredo Astiz”, indicó el ministerio francés de Relaciones Exteriores en un comunicado.
“Francia aprovecha esta ocasión para saludar nuevamente la voluntad política de las autoridades argentinas para llevar a bien el conjunto de los juicios de la dictadura”, precisó el mismo comunicado.
Francia recordó que tras condenar a Astiz pidió su extradición a las autoridades argentinas de la época y que ahora saluda que “por fin” los crímenes cometidos por el ex marino “vayan a ser juzgados en Argentina” .
La cancillería gala puntualiza que desde que las autoridades argentinas decidieron en 2003 anular “las leyes sobre la impunidad” (Punto Final y Obediencia Debida), Francia “ha aportado su apoyo permanente al gobierno argentino”.
Las monjas francesas Léonie Duquet y Alice Domon y otros diez militantes humanitarios, entre ellos la fundadora de Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor, fueron secuestradas en un operativo de la ESMA en 1977.
Astiz se había infiltrado en Madres de Plaza de Mayo haciéndose pasar por hermano de un desaparecido.
El 8 de diciembre de 1977, Astiz besó a sus víctimas para señalarlas ante un grupo comando de la ESMA que las secuestró a la salida de una misa en un barrio de Buenos Aires.
Las familias de las religiosas “se congratularon” también por la apertura del juicio contra Astiz “tras un largo periodo de impunidad” pero advirtieron que permanecerán “atentas” a raíz de recientes decisiones de la justicia argentina “de una clemencia inexplicable” contra “criminales parecidos”.
Según un comunicado difundido en París por su abogada defensora, Sophie Thonon, las familias Domon y Duquet pidieron al Tribunal Oral Federal 5 que admita los hechos como constitutivos “de crimen contra la humanidad” y que pronuncie “las condenas conforme” a ese delito.