El escenario económico para los dos próximos años, que serán la antesala de las elecciones de febrero del 2017, se presenta complejo para el Gobierno.
A diferencia de otros períodos preelectorales, el flujo de petrodólares hasta el próximo año será insuficiente para mantener el desempeño observado los últimos ocho años, cuando el barril de crudo llegó hasta USD 100. En lo que va de este año -y probablemente por los años siguientes- el Fisco no recibirá más de USD 50 o 60.
El banco de inversión Goldman Sachs pronosticó esta semana que el precio del petróleo podría mantenerse en niveles bajos por el resto de la década, incluso por debajo de USD 60 o 50, según un reporte de la agencia de noticias Bloomberg.
Esa caída en los precios, al igual que una apreciación del dólar, hace que los pronósticos internacionales sobre la economía ecuatoriana sean modestos. El crecimiento para este año se prevé entre 1% y 2%, aunque el Banco Central se muestra más optimista por ahora. El 8 de mayo pasado debía publicar las proyecciones revisadas para el presente año, lo cual todavía no sucede.
Con menores ingresos y las mismas necesidades de gasto, lo que se prevé para el presente año es un mayor déficit fiscal, que se traducirá en mayores necesidades de financiamiento y ajustes del gasto.
De hecho, ya se recortó el presupuesto estatal para este año y la Asamblea aprobó reformas tributarias para compensar la falta de petrodólares, dice el exministro de Finanzas Fausto Ortiz, quien prevé una desaceleración o incluso un crecimiento negativo de la economía nacional para este año por la menor inversión pública.
El año pasado, el Régimen invirtió USD 8 300 millones y cree que hasta el 2017 podrá destinar USD 7 000 millones cada año en diferentes frentes, según el secretario de Planificación, Pavel Muñoz.
El Régimen necesita concretar sus promesas de campaña y la prioridad para este y el próximo año serán las ocho hidroeléctricas, pues generarán un ahorro anual de USD 1 200 millones en la importación de combustibles. La primera de ellas, Manduriacu, fue inaugurada hace tres meses, pero las más grandes llegarán el 2016, si se cumple el plan oficial.
La mayor generación de electricidad resulta clave para que también se cumpla el plan de sustitución de cocinas de gas por otras de inducción. Este programa, además de generar un ahorro anual de USD 400 millones en importaciones de gas, también permitirá al Gobierno promocionar su cambio de la matriz energética.
Estos proyectos se han venido levantando con inversión y deuda pública, pero estas fuentes de recursos empezaron a reducirse a raíz de la caída de los precios del petróleo.
Para que el modelo económico basado en el gasto público siga funcionando, el Gobierno tiene básicamente tres opciones: generar nuevos ingresos, atraer inversión privada y conseguir más deuda.
Para el director de Análisis Semanal, Walter Spurrier, en el 2016 es de esperar nuevas reformas tributarias, pero dirigidas a la población de altos ingresos, a la cual se podría gravar el patrimonio o la renta. En un año preelectoral “no se modificará el IVA porque eso afectaría a todos”.
Los gobiernos seccionales pueden ser otros actores afectados, acota Fausto Ortiz, para quien es probable que el Gobierno eche mano de alguna reforma que reduzca los ingresos que ellos reciben actualmente.
El déficit comercial se ha traducido en restricciones a las importaciones. Falta fomentar las ventas. Foto: Archivo EL COMERCIO
En la línea con lo registrado en los últimos cuatro años, también es previsible que el proceso de endeudamiento continúe los años venideros, aunque el monto dependerá del interés de los inversionistas por comprar los bonos ecuatorianos. La deuda pública, que ha crecido a tasas anuales de dos dígitos desde el 2012 hasta el año pasado, bordea actualmente los USD
32 000 millones. Las necesidades fiscales son de unos 10 000 millones este año y hasta la fecha se ha conseguido un 40%.
Las fuentes de financiamiento no están respondiendo acorde con lo previsto, lo cual ha obligado al Ministerio de Finanzas a salir al mercado internacional a colocar bonos, incluso a tasas de interés del 10,5%.
El gasto público en sueldos, que venía creciendo más allá de la inflación, entró en una pausa este año y es probable que se mantenga así el 2016.
Wilson Araque, director del área de gestión de la Universidad Andina Simón Bolívar, considera que el Régimen no apostará por incrementos salariales fuertes debido al menor dinamismo de la economía que se espera en estos dos años.
Aunque este escenario fiscal se presenta complicado, puede ser una oportunidad para que el sector privado gane protagonismo. El 2 de marzo pasado, los empresarios le propusieron al Régimen una agenda con 37 temas para discutir sobre empleo, impuestos, producción, comercio exterior, etc., con el fin de impulsar la inversión privada, que ha perdido peso bajo el actual modelo económico.
El diálogo público-privado va a cumplir tres meses y los empresarios buscarán una primera evaluación a finales de este año. Se necesita crear rápidamente las condiciones para estimular la inversión privada, señala Richard Martínez, presidente de la Cámara de Industrias y Producción.
El dirigente empresarial se refiere a la necesidad de hacer una pausa normativa y a enfocar los esfuerzos para volver más eficientes las normas existentes. A lo anterior hay que sumar una política de comercio exterior orientada a conseguir acuerdos comerciales que permitan vender más a nuevos mercados.
Algunas propuestas presentadas por los empresarios ya se han concretado, como la condonación de intereses de deudas tributarias, la exoneración del pago del anticipo del Impuesto a la Renta para sectores exportadores afectados por la crisis internacional o la venta de bienes del sector público.
Otros temas de fondo, como la jubilación patronal, una reforma integral a la Seguridad Social, incentivos para la inversión, acuerdos comerciales con nuevos países, etc., pudieran tomar más tiempo.
En los dos años que le quedan, el Gobierno necesitará del sector privado para mantener o aumentar el empleo, que empezó a mostrar signos de deterioro a inicios de este año.
En contexto
El crecimiento económico está perdiendo dinamismo por la caída de los precios del petróleo, afectando un modelo económico basado en el gasto público. El escenario petrolero se mantendrá igual, lo que obligará al Régimen a buscar formas de financiamiento.