La informalidad creció al 51,1% y 90 171 personas se sumaron al desempleo

Las ventas informales aumentaron en zonas como Chillogallo, en el sur de Quito. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

Las ventas informales aumentaron en zonas como Chillogallo, en el sur de Quito. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

Las ventas informales aumentaron en zonas como Chillogallo, en el sur de Quito. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

Hace cinco meses, Sandra Villacís perdió su trabajo en una cadena de cafeterías en Quito. En los ocho años que laboró en esa empresa aprendió repostería y galletería y, ahora, vende cheesecake bajo pedido.

El año pasado, 650 578 personas perdieron su empleo adecuado en el país, de acuerdo con el informe presentado ayer 2 de marzo del 2021 por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). La causa principal es la crisis ocasionada por el covid-19, que provocó los despidos en las empresas.

Al principio, Villacís promocionó su producto entre sus familiares, quienes le enviaron a otros contactos. En la actualidad, vende entre 12 y 15 pasteles a la semana. “Entrego para una cafetería y los domingos en una iglesia. He pensado en hacer galletas”.

Con estos ingresos, Villacís, de 41 años, paga el arriendo de USD 160 y alimenta a sus dos hijos. “Mi esposo vende productos naturales, gana por comisión y últimamente las ventas están bien bajas”.

Según el exdirector del INEC, Byron Villacís, el deterioro del empleo se debe, principalmente, a la crisis de la pandemia, la situación económica generada por la falta liquidez y al programa de austeridad del Gobierno.

En el informe del INEC, se determinó que401 305 habitantes estuvieron desempleados a finales del 2020, lo que significó 90 171 más que en diciembre del 2019. El número de personas en el desempleo, empleo no remunerado y no pleno, también, aumentó.

En estas dos últimas categorías están quienes laboran en actividades no remuneradas, perciben menos del salario básico o trabajan menos de 40 horas a la semana.

A Flor María Dávila, la crisis también le afectó, pero en su caso no ha emprendido ningún negocio informal, sino que se ha concentrado en dejar hojas de vida. Ella es ingeniera agrónoma.

A finales del 2020 le avisaron que el proyecto en el que trabaja, en una comunidad indígena de Imbabura, ya no contaba con el financiamiento necesario y que para este 2021 se cerraría. “Aún tengo ahorros y no he visto la necesidad de emprender, como muchas personas están haciendo, por ahora confío en encontrar algún puesto”.

Del total de personas que tuvo algún trabajo en diciembre pasado, el 51,1% estuvo en la informalidad, lo que representó un crecimiento frente al 2019, que tuvo un 46,7%.

Byron Villacís señaló que, ante la falta de fuentes de empleo, las personas iniciaron actividades de subsistencia como preparar comida o vender cualquier producto. “No pueden esperar por un buen trabajo, por lo que se dedican a cualquier labor informal”.

Gabriel Recalde, director del Observatorio de la Política Laboral, dijo que este nivel de deterioro evidencia que la Ley Humanitaria no logró reactivar la contratación como se esperaba. “Se creó empleo, pero no el suficiente”.

De acuerdo con el Ministerio del Trabajo, 874 618 actas de finiquito se registraron el año pasado y en los dos primeros meses del 2021. En esos 14 meses, en cambio, se firmaron 429 814 nuevos contratos.

Además, el indicador de pobreza se disparó en el último año. Treinta y dos de cada 100 ecuatorianos estaban en esta situación en diciembre del año pasado. Esto significa que vive con USD 2,80 diarios.

En cambio, en diciembre del 2019, 25 de cada 100 ecuatorianos tenían esa condición. El Gobierno impulsa la entrega de bonos para atender a estas familias.

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