Redacción Guayaquil
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A media mañana, el fuerte sol golpea con fuerza sobre el sector céntrico y comercial de la Bahía, en Guayaquil. Si bien hay control de la guardia metropolitana, el ambiente es menos tenso que el registrado en días pasados.
Los incidentes entre policías metropolitanos y comerciantes informales, producidos a diario en la semana pasada, no se repitieron ayer. La razón: el Municipio de Guayaquil permitió que los informales se organicen en las aceras, hasta fin de mes, en la calle Ayacucho, desde Chimborazo hasta Calixto Romero.
En otros sectores
Otro grupo de vendedores de artículos varios se ubicó ayer en la calle Pío Montúfar, desde 10 de Agosto hasta Ballén, a una cuadra del Mercado Central.
Pese a la gran afluencia de compradores en las cercanías de la Bahía, el tránsito no ha sido interrumpido, aunque a ratos se vuelve tedioso. Personal de la Comisión de Tránsito del Guayas trabaja en cada intersección.Esta medida se aplica desde esta semana. Antes, transitar por esas calles fue casi imposible, debido a la gran cantidad de personas que acudieron a realizar sus compras navideñas. Ayer, el tránsito peatonal y vehicular en el sector fue mucho más desahogado.
Freddy Rosales, al fin, puede vender con tranquilidad sin preocuparse por los guardias. Sobre un plástico coloca en la acera su mercadería: vajillas de plástico. Él y 50 comerciantes más llegaron a las 04:00, a la calle Ayacucho, entre Chimborazo y Coronel.
Ahí, los metropolitanos le asignaron un espacio de 1 metro por 1 metro. Aunque Rosales asegura que el área es un poco pequeña, prefiere estar en esa zona. Según él, desde las 08:00 que empezó a sacar la mercadería hasta las 10:00 vendió todo su producto.
Transeúntes y compradores se mueven por los portales o en los pequeños callejones que quedan entre puesto y puesto.
María Leonor Game, quien desde el fin de semana empezó las compras navideñas, ayer regateaba por una prenda de vestir en la vereda de la Chimborazo. “Hay que saber comprar”, afirmó. Para ella, adquirir en un almacén o en las veredas le da igual, siempre y cuando se ahorre unos centavos.
David Valladares tiene 30 años en el oficio del comercio informal. En estos días, sus ventas superan los USD 120 diarios, desde las 08:00 hasta las 19:00. Dice que el comercio sí ha mejorado en estos últimos días y espera que en las próximas horas aumente.
Ayer, la Policía Metropolitana madrugó al sitio. Pasadas las 06:00 ya estaban en la calle Ayacucho, organizando la distribución de los espacios marcados en las aceras asignadas.
Incluso, miembros de la Policía Nacional, que también resguardan la zona, debieron mediar en una pelea entre dos comerciantes que se fueron a los puños. Uno de ellos aducía que, por tener varios años vendiendo en ese sector, tenía preferencia.
En tanto, en el sector de la avenida Olmedo, entre la Caja del Seguro Social y la calle Chimborazo, no había vendedores en las aceras. Ese lugar fue escenario de incidentes, la semana pasada. De todos modos hubo control permanente de los metropolitanos.
En los comercios formales, sus dueños se sienten más tranquilos. Alejandro Ramírez, propietario de un almacén de jeans, dijo que ya no tienen la incertidumbre de estar, a cada momento, cerrando los locales por los incidentes. “La semana pasada teníamos miedo que nos hagan saqueos”.
Más al centro, en la 9 de Octubre y Boyacá, tampoco se vivió el intenso y caótico movimiento del domingo último. Ese día, a la gran cantidad de caminantes y compradores, se sumó la presencia de vendedores ambulantes, especialmente, quienes ofrecían empaquetar los regalos en las afueras de los almacenes de Pycca.