2 500 licencias son anuladas; el servidor de la ANT se blinda

El 22 de agosto pasado, una banda de falsificadores de licencias fue desarticulada por los agentes de la Policía, en Guayaquil. Foto: cortesía.

El 22 de agosto pasado, una banda de falsificadores de licencias fue desarticulada por los agentes de la Policía, en Guayaquil. Foto: cortesía.

El 22 de agosto pasado, una banda de falsificadores de licencias fue desarticulada por los agentes de la Policía, en Guayaquil. Foto: cortesía.

Las claves de acceso al sistema informático de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) fueron vulneradas. Mientras el personal estaba confinado por temor al covid-19 y todas las oficinas permanecían cerradas, ciberdelincuentes se infiltraron a su base de datos.

Así registraron fraudulentamente 2 500 nombres de personas como si hubiesen obtenido una licencia de conducir por primera vez o como si lo renovaran por caducidad.

Las alertas se conocieron el 3 de agosto pasado, cuando los funcionarios volvieron poco a poco al trabajo presencial.

El personal se percató que desde marzo a esa fecha, en el país se emitieron ilegalmente 2 500 permisos de conducción.

Desde entonces, el caso se manejó internamente. Ahora, el director nacional de la ANT, Juan Pazos, confirmó a este Diario lo ocurrido. Sostuvo que todos los documentos fueron dados de baja del sistema y no podrán ser usados.

En este momento, el caso está en la Fiscalía y la indagación sigue su curso. En el expediente judicial consta que los ‘hackers’ cobraban desde USD 200 por la licencia sportman y USD 1 500 por las profesionales.

Luego de que los pagos estaban depositados, los falsificadores recurrían a talleres clandestinos de Quito, Guayaquil y otras ciudades, para elaborar documentos sin validez. Estos eran entregados incluso en las casas de los interesados.

Una persona que optó por este mecanismo accedió a contar el hecho. Dijo que el 10 de mayo pagó para renovar su permiso, que había caducado un mes antes de la pandemia.

Recordó que a través de redes sociales contactó a una persona que ofrecía ese trámite ‘rápidamente’. Por mensaje le indicó que para iniciar el proceso debía transferir a una cuenta USD 500. La joven lo hizo y 15 días después recibió el documento en su vivienda, ubicada en el sur de Quito.

Un hombre que se movilizaba en una moto llegó al sitio, sacó de una mochila un sobre manila, le entregó ese paquete y se marchó. En julio, durante un operativo, un agente de tránsito revisó la credencial y comprobó que era falsa, pues no contaba con los sellos y códigos de seguridad originales.

Investigadores que rastrean este delito saben que las bandas de falsificadores difunden masivamente sus servicios por Internet y por redes sociales.

Este Diario comprobó que en Facebook circulan este tipo de anuncios: “Obtén tu licencia de conducir. Trámite rápido y garantizado”. “Sabemos que tu tiempo es lo más valioso, nosotros nos encargamos de todos los trámites en la ANT”. “Puede obtener solo con USD 200”. Cada mensaje está acompañado de números telefónicos de contacto.

Investigaciones policiales muestran que estas bandas están conformadas de cuatro a seis personas . Cada uno cumple un rol específico. Unos promocionan los ‘servicios’ por la Red y contactan a interesados.

Otros vulneran los sistemas y el resto elabora los papeles fraudulentos y entregan.

En la base de datos de la ANT consta el caso de un hombre que en julio pasado recurrió a los tramitadores luego de conocer que la Agencia de Tránsito en Quito no atendía.

El 22 de agosto pasado, una banda de falsificadores de licencias fue desarticulada por los agentes de la Policía, en Guayaquil. Foto: cortesía.

Necesitaba renovar su licencia, pues se compró un vehículo. Por eso pagó USD 450 a una persona que la contactó por medio de WhatsApp y en 10 días recibió la especie. Sin embargo, hoy no tiene validez.

Tras detectar lo que ocurría, agentes desplegaron operativos para capturar a los responsables. El 22 de agosto fueron detenidas cuatro personas luego de ser allanados tres inmuebles, en donde supuestamente se imprimía todo.

Tres computadoras, USD 6 460 en efectivo, 20 licencias de conducir falsas y hojas con sellos de la ANT quedaron en poder de los agentes.

Dos días después, otra banda fue arrestada también en Guayaquil. Los uniformados allanaron tres viviendas, en donde supuestamente se elaboraban e imprimían los permisos.

Allí detuvieron a seis personas. Los sospechosos fueron judicializados por el delito de falsificación de documentos.

Ese ilícito es penado con cárcel de cinco a siete años. Así lo dice el Código Penal (art. 328).

En este caso, los policías además se incautaron de computadoras, sellos de la Agencia, depósitos bancarios, USD 6 000 en efectivo y alrededor de 45 licencias listas para ser remitidas a quienes pagaron.

Las pesquisas demostraron que estas también eran entregadas en los domicilios.

El rastreo policial continuó y tras recabar todos los datos encontrados en los seguimientos de Inteligencia, el mes pasado fueron arrestadas más personas, que operaban desde el Puerto Principal y desde Santo Domingo de los Tsáchilas.

Los gendarmes allanaron cuatro inmuebles y encontraron tres armas de fuego, computadoras, 100 licencias de manejo y USD 4 800 en efectivo.

Los sospechosos fueron sometidos a más investigaciones, para obtener datos que permitan identificar la forma en que operaban ilegalmente.

La ANT también tomó medidas. El sistema informático de la entidad migró al servidor de la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT).

Este proceso se realizó para “mejorar las características de seguridad y evitar vulneraciones al sistema”. “(Esa plataforma) tiene más capacidad de memoria, una mejor interconectividad y se eleva la seguridad del sistema y de la información”, sostuvo Pazos.

Según el funcionario, esta migración de servidor permitirá que no se reporten más infiltraciones “maliciosas” en el sistema informático y no se entreguen más credenciales falsas.

Otra persona que pagó por el trámite contó que el 4 de agosto pasado se contactó con un tramitador que apareció en Internet y comenzaron a conversar sobre este tema.

Le cobró USD 300 por renovar su licencia que caducó en febrero pasado. Las investigaciones de este caso muestran que la especie fue emitida fraudulentamente luego de vulnerar la plataforma informática de una agencia en Quito.

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