La compañía Oriente Seguros, ubicada en el norte de Quito, se enfoca principalmente en el segmento empresarial. Foto: Vicente Costales / El Comercio
El sector asegurador siente un remezón por los efectos del covid-19: contagios, muertes e impacto económico. La pandemia redujo en 26% la utilidad neta hasta agosto de este año, respecto a lo alcanzado en igual período del 2019.
La utilidad pasó de USD 43,5 millones el año pasado a 32,3 millones en la actualidad, según un balance de la Federación Ecuatoriana de Empresas de Seguros (Fedeseg).
La afectación se localiza en los seguros de vida, puesto que hubo USD 10 millones más de ingresos entre enero y agosto del 2020 y, pese a eso, hubo pérdida de USD 23,4 millones.
Se debe principalmente al aumento de los costos de siniestros en este tipo de seguros. Las empresas pagaron por estos eventos USD 200 millones (unos USD 48 millones más que hasta agosto del 2019).
El sector se ha comportado con la solvencia esperada, atendiendo sus obligaciones por siniestros relacionados con la pandemia y cumpliendo sus compromisos”, señaló Patricio Salas, secretario ejecutivo de la Fedeseg.
La aseguradora multinacional Chubb explica que en estos meses las personas evidenciaron nuevas costumbres de prevención y un mayor interés por proteger a su familia y a diferentes bienes patrimoniales. Más que un impacto en las ventas se habla de un cambio en la percepción de riesgo; los clientes buscan otro tipo de pólizas.
Lo anterior se refleja en los ramos de vida colectiva, de asistencia médica y de vida individual, según la Fedeseg.
El primero -que protege a grupos familiares- y el segundo arrojaron una variación positiva de 3,8% cada uno. No así con el tercer ramo, que baja el 8,3%; este plan asegura a una sola persona, su descenso es un efecto de la caída y cambios del consumo por la crisis.
Sin los recursos suficientes, muchas personas cancelaron sus contratos.
Mónica Nieto, de 28 años, terminó con un plan médico que durante cinco años protegió a su hija, a su mamá, a su hermano y a ella, debido a que la despidieron de su trabajo.
Los ingresos de las aseguradoras se debilitaron desde abril. De enero a agosto, la prima disminuyó 7,4% (USD 90 millones), frente a igual perído del 2019.
Aviación, vehículos, marítimo y riesgos especiales están entre los productos más afectados.
El seguro de vehículos está atado a la evolución de las ventas en el mercado automotor, que se contrajo en abril. Si se venden menos automotores, entonces menos personas contratan una póliza.
Además, por las restricciones de movilización, muchos propietarios no utilizaban sus autos, por lo que posponen la contratación o renovación del seguro, refiere Salas.
MayraHidalgo no renovó el seguro de su vehículo adquirido el año pasado y que venció hace un par de meses, debido a que le redujeron el sueldo. Se apoyó en sus hermanos para cumplir con las tres últimas cuotas, de USD 130 cada una.
En Liberty Seguros, el ramo más demandado es el automotor. Para el último trimestre, la firma se enfocará en líneas personales y para empresas. De cara al 2021 se espera que el sector se recupere.
Ante las complicaciones económicas, a través de la Ley Humanitaria se dispuso la reprogramación de cuotas de seguros y de fianzas para contratación pública. Y se prohibió a las empresas de medicina prepagada y de seguros de salud cancelar o suspender los contratos por falta de pago. Ambos beneficios vencieron el 13 de septiembre, cuando concluyó el estado de excepción.
La Fedeseg dijo no disponer de datos precisos sobre el impacto de la medida, pero aseguró que las compañías han cumplido con la ley.
Los seguros para empresas muestran menos ingresos y más siniestralidad. La crisis rompió la cadena de pagos y las firmas que tienen un seguro de crédito podrán enfrentar este desafío con más facilidad, refiere Adrián Ordóñez, gerente de Coface Ecuador.
Desde la Fedeseg se observa que el sector cerrará el año con un decrecimiento en el orden del 8 o 9%.
Para Daniela Molina, ejecutiva de Oriente Seguros, la industria todavía tiene un alto potencial de crecimiento, a raíz de la emergencia el aseguramiento se empieza a posicionar como una prioridad.