Indonesia ejecutó a condenados a muerte por tráfico de drogas

Un grupo de cristianos realiza una vigilia para protestar en contra de la pena de muerte en Indonesia. Foto: Agencia AFP

Un grupo de cristianos realiza una vigilia para protestar en contra de la pena de muerte en Indonesia. Foto: Agencia AFP

Un grupo de cristianos realiza una vigilia para protestar en contra de la pena de muerte en Indonesia. Foto: Agencia AFP

Indonesia ejecutó hoy miércoles a ocho condenados a la pena de muerte por tráfico de drogas, entre ellos a un brasileño, pese a la presión internacional para que revisara las sentencias.

Según los periódicos "Yakarta Post" y "Yakarta Globe", ocho de los nueve condenados fueron ejecutados. Una mujer filipina no fue presentada a último momento ante el pelotón de fusilamiento, indican los medios. La pena en este caso quedó en suspenso luego de que una mujer que había reclutado supuestamente a la filipina se entregara pocas horas antes a la policía.

Existía una campaña para salvar a la filipina, identificada como Mary Jane Veloso, de 30 años, de quien se dice fue víctima del tráfico de personas y engañada por un amigo para que introdujera las drogas en el país en 2010. Los ejecutados este miércoles eran en su mayoría extranjeros.

Además del ciudadano brasileño, la sentencia fue aplicada a cuatro nigerianos, dos australianos y un indonesio, quienes fueron ejecutados pese a los reiterados reclamos de diversos gobiernos y organismos internacionales.

La ejecución de un brasileño en enero bajo los mismos cargos llevó a que la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, no aceptara las credenciales del embajador indonesio en Brasilia.

En el caso actual, el gobierno brasileño redobló sus esfuerzos para evitar la ejecución, sin obtener resultados, también pese a que la familia de Rodrigo Gularte, de 42 años y arrestado en 2004 con seis kilos de cocaína ocultos en su equipo de surf, alegaba que el hombre sufría problemas mentales.

Amnistía Internacional (AI) condenó este martes las ejecuciones. Señaló que eran "completamente reprobables" y destacó que fueron llevadas adelante "en absoluta falta de observación de los amparos internacionalmente reconocidos para el uso de la pena de muerte", según palabras del director para la región de la organización, Rupert Abbott.

En coincidencia con lo exigido hace pocos días por Naciones Unidas, Abbott insistió en que Indonesia debe suspender toda ejecución prevista y abolir la pena de muerte.

Los condenados habían sido previamente notificados sobre su ejecución. Algunos familiares viajaron a la isla de Nusa Kambangan, donde se encontraban recluidos los individuos, para despedirse de sus seres queridos.

Los australianos Myuran Sukumaran y Andrew Chan pasaron a ser conocidas figuras en su país a través de la campaña que pedía la suspensión de la ejecución. Incluso el primer ministro australiano, Tony Abbott, aseguró que ambos estaban arrepentidos y habían hecho un cambio radical de vida.

Sukumaran se dedicó en prisión a pintar y sus obras son exhibidas en muchos sitios en Australia, mientras que Chan se convirtió en predicador y contrajo matrimonio el lunes con una antigua tutora en prisión. Ambos australianos habían sido condenados a la pena de muerte en 2006.

El Ministerio de Exteriores de Australia advirtió que la ejecución de la pena contra dos de sus ciudadanos tendría consecuencias. Indonesia, no obstante, se mantuvo firme en su dictamen argumentando que esta sentencia es necesaria para contener el consumo de drogas y desalentar a los narcotraficantes a ingresar sustancias en el país.

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