Indonesia desconoció “cuestiones humanitarias” al ejecutar el martes (28 de abril del 2015) al brasileño Rodrigo Gularte, de 42 años, pese a que padecía esquizofrenia, y a otros siete condenados por narcotráfico, dijo este martes el canciller de Brasil, Mauro Vieira, de visita en Colombia.
Gularte “comprobadamente estaba enfermo, sufría de esquizofrenia”, afirmó Vieira en rueda de prensa en Bogotá, tras una reunión con su homóloga colombiana, María Ángela Holguín.
“Nunca contestábamos la acusación ni el proceso judicial (contra Gularte). Respetábamos la soberanía de Indonesia pero siempre contestamos la aplicación de la sentencia por cuestiones humanitarias”, agregó el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil.
Yakarta aplicó este martes la sentencia a muerte contra Gularte y dos australianos, cuatro nigerianos y un indonesio, a pesar de las presiones internacionales para evitar la ejecución múltiple.
“Hicimos todas las gestiones posibles, la presidenta Dilma Rousseff envió numerosas cartas, seis cartas al anterior y actual presidente de Indonesia”, señaló Vieira, quien recordó además que el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva también adelantó gestiones en ese sentido.
“El presidente Lula durante su mandato hizo muchas intervenciones, gestiones… envió cartas sobre el tema porque consideramos que era una cuestión humanitaria”, añadió el diplomático.
Gularte había sido detenido en 2004 al tratar de entrar en el aeropuerto de Yakarta con seis kilos de cocaína escondidos en tablas de surf.
Tras su fusilamiento, efectuado después de la medianoche de Indonesia (17:00 GMT), Brasilia anunció que revaluará la relación con ese país.
En enero pasado, el también brasileño Marco Archer, murió fusilado en Indonesia, condenado por tráfico de drogas.