Redacciones Sierra Norte, Sierra Centro, Cuenca y Políticapolitica@elcomercio.comUnos 4 000 campesinos llegaron ayer a Cuenca. Arribaron en la mañana en buses y en vehículos particulares desde los cantones aledaños. Hasta el mediodía, todos se concentraron en el sector de Indurama, en el sur de la urbe. Ellos querían demostrar su oposición a la aprobación de la Ley de Aguas, que está a punto de discutirse en el Pleno de la Asamblea (ver nota compartida). Esa misma queja se repitió en las provincias del centro y norte de la Sierra. En Cuenca, los manifestantes caminaron, desde Indurama, unas 20 cuadras hasta la Subsecretaría de la Región 6 de la Secretaría Nacional de Planificación (Senplades). Su recorrido era vigilado por un centenar de policías que a pie, en moto o en patrulleros seguía atento la queja. Carlos Pérez Guartambel, presidente de la Federación de Organizaciones Campesinas del Azuay, recordó que los indígenas del país están unidos para no permitir que se violen sus derechos. Un ejemplo fue el acuerdo que firmaron la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) y la Federación de Indígenas Evangélicos del Ecuador (Feine), el lunes. Las dos organizaciones quieren impulsar la protesta a escala nacional para exigir que el proyecto de ley no sea discutido. También para presentar un pliego de peticiones que, según dicen, deberá incluirse en el debate legislativo. Por ejemplo, en Azuay hay una preocupación especial por la explotación minera en fuentes y yacimientos de agua. La Federación de Organizaciones Campesinas de la provincia propone que alrededor de dos millones de hectáreas de páramo y bosque nativos queden libres de minería. También piden que la autoridad única del Agua quede conformada por un Consejo Plurinacional, con participación de los pueblos indígenas, de los usuarios de agua potable, de los beneficiarios del riego, de gobierno seccionales, entre otros sectores. La protesta en Cuenca terminó en la tarde, pero unos 50 delegados de la Federación tomaron un bus para viajar a Quito para estar en la ‘toma simbólica de la Asamblea’, que se cumplirá mañana, cuando se termine el plazo para que la Comisión de Soberanía entregue el proyecto legal. Mientras tanto, representantes de las comunidades de Chimborazo y Tungurahua también empezaron su recorrido hasta la capital. La caminata se inició luego de una asamblea que se realizó en Riobamba. En el encuentro se confirmó que otro punto no negociable tiene que ver con la distribución equitativa del agua. “No queremos que el Gobierno administre todo. Hay que conformar un Consejo Plurinacional. Hay que proteger las vertientes y los páramos. La Pacha Mama está enferma”, dijo Julián Pucha, del Movimiento de Chimborazo. Desde el norte del país los cuatro pueblos que conforman la Federación de los Pueblos Kichwas de la Sierra Norte (Chijallta FICI) se organizaron para la protesta. Delegaciones de los pueblos Natabuela y Caranqui realizarán una vigilia en el parque Pedro Moncayo en Ibarra. Mientras que los representantes de los pueblos Otavalo y Cayambi irán a la ‘toma’ de la Asamblea. Marco Guatemal, presidente de la Chijallta FICI, sostuvo que se agotará el diálogo para que sus propuestas sean aceptadas antes de empezar un levantamiento. “Es una acción que consideramos sagrada y que es la última instancia a la que llegaremos”, dijo.