La parroquia Salinas, situada en valle del Chota, en el norte de Ibarra, tiene una tasa alta de migración. En ese sitio la mayor parte de la población es afrodescendiente.
Según la Corporación de Desarrollo Afroecuatoriano (Codae), el 38% de los 1 741 habitantes salen a otras ciudades para trabajar o estudiar.
Uno de ellos es Carlos Andrade. Comenta que se mudó a Ibarra porque tiene una variada oferta educativa y laboral.
La lucha contra el racismo y la discriminación, precisamente, convocaron al foro Diálogo Intercultural análisis de las políticas públicas referidas a la no discriminación e inclusión de los pueblos y nacionalidades.La cita se realizó ayer en la ciudad de Ibarra y en ella se dialogó sobre los problemas de las comunidades afro e indígenas.
Para Raúl Maldonado, presidente de la Junta Parroquial, una de las causas de la migración desde el Chota es que a apenas el 5,31% de propiedades de tierras agrícolas están en manos de pequeños productores. La mayoría es parte de grandes haciendas.
Un reciente estudio determinó que se necesitan USD 3 millones para dotar de tierras a 200 familias de esta localidad, según explica Maldonado.
Sin embargo, otra tema que preocupa es la calidad de educación de los afroecuatorianos.
Wilson Villegas, técnico del Codae, asegura que el porcentaje de niños afroecuatorianos de 6 a 12 años que no asisten a la escuela es superior a los pequeños indígenas, montubios, mestizos y blancos, a escala nacional que no estudian.
Esa es una de las razones para que el 46% de población de afrodescendientes de Imbabura haya emigrado. Los principales destinos de los afrochoteños son Ibarra y Quito.
Al foro de ayer asistieron dirigentes afros e indígenas. También, la viceprefecta de Imbabura, Gabriela Jaramillo. Sin embargo, luego de la inauguración solo quedaron los panelistas y cerca de 100 asistentes, entre ellos los estudiantes del Colegio Valle del Chota.
La situación adversa de los afroecuatorianos no difiere mucho de la de los indígenas.
Según Ana Tasiguano, técnica del Consejo de Desarrollo de Nacionales y Pueblos Indígenas del Ecuador (Codenpe), los derechos colectivos de autonomía, autodeterminación y participación son los más vulnerables de este segmento de la población ecuatoriana.
El acceso a la tierra preocupa a los pueblos originarios. “El 94,5 % de las unidades producción agrícola del país están en manos privadas, frente al 4,9 % que son comunales”.
A Rosita Carlosama, dirigente del pueblo kichwa Karanki, de Ibarra, le preocupa que prácticamente se esté perdiendo la lengua materna.
Considera que en ello tiene gran culpa el reordenamiento educativo en el Ecuador. “En Imbabura se cerraron varias escuelas de las comunidades indígenas. Es por eso que hay una migración escolar hacia las ciudades del país”.
La cita intercultural de ayer permitió poner en debate la necesidad de institucionalizar el Consejo Nacional para las Igualdades. Se trata de un organismo que juntará a indígenas, afrodescendientes y montubios. Se busca generar políticas públicas que les permita mejorar su nivel de vida. Así lo aseguró José Chimbo, directivo del Codenpe. Tienen 180 días para su implementación.