El jueves 25 de enero del 2018 se realizó la primera sesión de Concejo luego de la desafiliación de cuatro concejales de Alianza País. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
Del Concejo Metropolitano de Quito, que empezó con dos claros bloques sólidos en el 2014, solo quedan facciones para el año y cuatro meses que le restan a la actual administración municipal.
La división en el movimiento Alianza País (AP) a escala nacional tardó en evidenciarse en el gobierno local pero se concretó la semana pasada, en una sesión de Concejo clausurada por falta de quórum.
La bancada de Alianza País se partió en dos: los ediles Jorge Albán, Susana Castañeda, Mario Guayasamín y Carlos Páez siguen en AP, como muestra de respaldo al presidente Lenín Moreno. Y Soledad Benítez, Anabel Hermosa, Luis Reina y Luisa Maldonado se desafiliaron del movimiento y se fueron con el grupo del expresidente Rafael Correa.
Solo queda por conocer cuál será el camino que elegirá Patricio Ubidia, quien ayer (jueves 25 de enero del 2018) tenía previsto mantener una reunión con líderes del colectivo Pichincha, para definir una fecha de una asamblea. Allí decidirán en conjunto si se quedan en AP, movimiento que respaldaron desde su nacimiento en el 2006, o abandonarlo para apoyar a los correístas o buscar nuevos espacios.
Esta división de AP podría ser beneficiosa para el alcalde Mauricio Rodas, sostiene el analista político Sebastián Mantilla Baca, ya que considera que la fractura en el bloque le daría cierta estabilidad en el Concejo, aunque esta podría ser frágil.
En ciertos temas más administrativos Rodas podría contar con apoyo, pero subraya que hay otros -como el de la tarifa de transporte- que generan más debate por el impacto en el electorado.
“Hay que tomar en cuenta que este es un año electoral, de cara a las elecciones del 2019, y en ese sentido algunos de los concejales siempre van a estar midiendo y viendo la posibilidad de que sus decisiones les quiten algunas bases políticas o se vean mal en las elecciones”, dijo Mantilla.
Rodas inició con el apoyo de 10 concejales; pero ahora tiene dificultades para lograr consenso, por ejemplo en el tema de la revisión del pasaje urbano. Actualmente, el Alcalde mantiene en pausa un plan de una nueva compensación a los transportistas, que evitaría temporalmente el incremento o una revisión de los pasajes de los buses.
Consultado por este Diario, el secretario de Comunicación de la Alcaldía, Santiago Zeas, sobre cómo será el trabajo del alcalde Rodas ante este panorama de fragmentación política, dijo: “La administración del alcalde Mauricio Rodas mantendrá su línea de trabajar con todos los señores concejales en función de una agenda legislativa que responda a los intereses de los quiteños y de la ciudad”.
AP era el bloque sólido del Concejo y logró mantenerse unido por casi cuatro años, salvo por la salida de los concejales Eddy Sánchez (MASS) y Karen Sánchez, en el 2015.
El bloque, que comenzó con nueve integrantes, logró mantenerse firme hasta que la rivalidad entre el presidente Moreno y Rafael Correa derivó en una división que incluye intentos por inscribir un nuevo movimiento de corte correísta: Revolución Ciudadana.
Luisa Maldonado considera que la prioridad para todos los concejales es la ciudad, sin importar el partido o movimiento al que pertenezcan. Pero considera que las relaciones con los que aún permanecen en AP se ven afectadas.
Carlos Páez (AP) dice estar seguro de que van a encontrar más elementos comunes que diferencias con sus excompañeros, porque estas tienen que ver más con el convivir nacional que con la gestión local. Él dijo que a pesar de la fractura siguen coordinando temas locales, temas del Concejo e intercambian puntos de vista. “Este ejercicio no lo hacemos solamente entre nosotros (AP y ex AP) sino también con los otros concejales”.
El concejal Páez añade que no se deben anteponer intereses o conflictos partidarios por sobre los de la ciudad. Por eso -dice- es “deseable que existan niveles de coordinación y acuerdo entre distintas órbitas de Gobierno para impulsar obras necesarias”.