Martha Eulalia Viteri Pazmiño
“El que tiene padrinos se bautiza”, este parece ser el eje de la convivencia sociopolítica en nuestro país.
La página 4 de EL COMERCIO del 28 de marzo, titulada ‘El perfil de la semana’ y dedicada al fiscal Washington Pesantez, lleva a ratificar que lo imperativo en el desenvolvimiento nacional son las relaciones interpersonales.
La palabra cambio tomó una relevancia inusitada desde el triunfo del actual Presidente, quien en fogosos discursos destacó a la meritocracia en reemplazo del viejo hábito de aventajar a copartidarios, amigos y compadres; de que su gestión gubernamental se centraría en los intereses ciudadanos.
Luego de seguir el desenvolvimiento del actual Fiscal junto con el reiterado apoyo del Presidente, sumado al prestado a favor de sus ex ministros Carrión, Larrea y colaborador Chauvín, mismos que produjeron daño moral a la Nación, se puede concluir que la actitud de Correa ha hecho tabla rasa a sus ofrecimientos.
Mientras el presente y el futuro del Ecuador dependa de las relaciones de poder de nuestros gobernantes, jamás llegará el anhelado cambio y los intereses ciudadanos continuarán relegados a segundo plano. Un Presidente que gracias al voto y confianza ciudadanos llegó al poder, debe ser incondicional únicamente con sus electores.
El Agro en la Sierra Centro
Marcelo Gallo Gallegos
Lunes 29 de marzo del 2010, dígnense anotar como la primera lluvia en la Sierra central de nuestro Ecuador.
No hemos tenido una condición invernal desde hace aproximadamente seis meses; pero sí hemos tenido -en todo este lapso- repetidas visitas de los personeros de Gobierno preguntando si vivimos allí, qué producimos, cuánto ‘ganamos’; y a más de esto, ya se rumorea que legislarán un tributo para los agricultores de propiedades con más de 25 hectáreas.
Para los serranos no hemos visto moratorias en pago de impuestos ni subsidios por inundaciones, por ser estas inexistentes.
Sería sensato, deseable y sensible por parte de nuestros legisladores y del Ejecutivo que antes de legislar o enviar proyectos de ley, visiten ellos el campo y vean la situación real; que desconfíen de las informaciones burocráticas parcializadas y que se preocupen de hacer estudios y dotar de aguas para regadío a los amplios sectores del campo; solo así los que hacemos agricultura, sin subsidios, podremos producir más, ofertar más y, por ende, bajar los costos de los productos de primera necesidad para toda la población.
El General Gallardo
Jaime G. Albuja B.
“No comparto lo que dice, pero defenderé hasta la muerte su derecho de decirlo”, y es esto lo que me lleva a defender al General y su dignidad, ofendida en forma pública por una gavilla de miserables, que no reconocen la pasión por el servicio y la vocación y la confunden con el entreguismo y la adicción por el vicio, el soldado desde la perspectiva de sus derechos de ciudadano (Gral Ejto. José Gallardo) fue enlodado y despreciado y, con seguridad, ninguno de estos patrioteros de bandera roja vistieron jamás el uniforme sagrado de las Fuerzas Armadas, nunca deben haber defendido sus fronteras y su soberanía, exponiendo sus vidas y la seguridad de sus familias, deben haber defendido sus cuotas de poder y el dinero mal habido de sus bolsillos y, claro, el ser juglar para el palacio creen que les concede el derecho a insultar y dar puntapiés a los hombres y mujeres que utilizan nada más que la presencia y el grito.
El pueblo ecuatoriano no debe haber visto ese vejamen con ninguna alegría, y no precisamente por el General y su pasado, sino porque el derecho de todos los ciudadanos es sagrado, y lo sagrado corresponde a la divinidad y no a quienes torpe y estúpidamente se creen predestinados.