Según el informe de la Unidad de Investigación de los Bomberos de Quito, la causa del incendio habría sido una falla en el sistema eléctrico. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Una fábrica de madera se quemó la noche del miércoles 26 de octubre del 2016 en Guayllabamba. El incendio dejó un herido y pérdidas materiales.
Washington Narváez, propietario de la fábrica, cuenta que estaba diseñando unos muebles en su hogar, ubicado en el mismo sector, cuando su hijo entró desesperado a su habitación y le dijo que se estaba incendiando el taller.
Narváez agarró una manguera y empezó a apagar las llamas. Estas estaban por consumirse, afirma, pero de repente tomaron fuerza y el incendio se expandió al segundo piso de la estructura, el cuál después se quemó completamente.
En ese momento llamó a los bomberos de la estación cercana quienes llegaron con un tanquero y habrían pedido refuerzos a otra estación más lejana. Según Narváez, el incendio se habría apagado aproximadamente a la 01:00, después de tres horas desde que se inició.
Un amigo de la familia, que ayudó al principio a controlar las llamas resultó herido. Según el ECU 911, el hombre de 28 años presentó heridas de segundo grado en su abdomen, por lo que tuvo que ser trasladado a un hospital, en Calderón.
Las pérdidas materiales ascienden a USD 50 000, dice Narváez. Los juegos de sala, camas, mesas y mobiliario del hogar que tenía en el primer piso, se quemaron totalmente, al igual que la bodega que se ubicaba en el segundo piso. La maquinaría y materiales necesarios para su trabajo también se destruyeron en el incendio.
Durante estos días Narváez se dedicará a retirar todos los escombros con la ayuda de quienes trabajaban allí y vecinos que lo han apoyado. Esta fábrica ha sido su fuente de ingreso durante toda su vida y a sus 65 años dice que ya no puede dedicarse a otra labor. Su esperanza ahora es buscar formas de levantar nuevamente su negocio.
De acuerdo al informe de la Unidad de Investigación de Incendios de Bomberos Quito, la causa habría sido una falla en el sistema eléctrico.
La segunda planta de la vivienda quedó completamente destruida por el fuego. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO