Guayaquil soportó una lluvia de intensidad extremadamente fuerte durante tres horas, que causó el colapso en el tránsito vehicular y peatonal y del sistema de drenaje pluvial. Entre las 17:00 y las 20:00 del miércoles 26 de febrero de 2020, las precipitaciones estuvieron acompañadas de tormentas eléctricas y ráfagas de viento.
Según el informe de la Corporación para la Seguridad Ciudadana de Guayaquil (CSCG), en la urbe se registraron 23 calles y avenidas con acumulación de agua, incluidos los túneles que conectan el centro con el norte y el Puente de la Unidad Nacional. Entre las principales afectaciones, también están 12 de árboles caídos, 11 sectores inundados en Monte Sinaí, 2 viviendas colapsadas en el sector Balerio Estacio, bloque 5, y 1 en Monte Sinaí y 1 vendaval en el Suburbio.
La tarde de este jueves 27 de febrero, el Cuerpo de Bomberos de Guayaquil informó que atendió 40 emergencias, entre rescates por accidentes de tránsito, árboles caídos, cortocircuitos y emergencias médicas.
El 80 a 85% de las lluvias acumuladas de febrero se registraron “tan solo en tres horas”, explicó José González, coordinador de la Cuenca del Guayas del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi).
La ciudad tiene 30 estaciones de monitoreo de lluvias. La de mayor registro este miércoles fue la ubicada en el sector de la cooperativa Sergio Toral, en el noroeste de la urbe, con 108.4 litros por metro cuadrado (mm); y en la estación Aeropuerto, con 98 mm.
La lluvia acumulada mensual hasta hoy a las 14:00, en el Puerto Principal, era de 320.8 mm. Mientras, en el promedio mensual histórico o normal para febrero es 332.0 mm.
El técnico del Inamhi señaló que las condiciones atmosféricas anómalas y las oceanográficas provocan las fuertes lluvias, con tormentas eléctricas y ráfagas de viento. Actualmente está activa la zona de convergencia intertropical sobre el Litoral, una cortina de nubes, que, sumada a la temperatura del mar, que está más cálida entre 1 y 2 grados, incide en las precipitaciones. Hay un promedio de 27 grados de temperatura del mar y en algunas fosas 28 grados.
Normalmente para febrero y marzo son los picos más altos de la temporada de lluvia en el Litoral. Además, González señala que hay que decirle a la ciudadanía que debe acostumbrase a estos eventos extremos. “Las intensas cantidades de lluvias se pueden presentar en corto periodo de tiempo y es una evidencia del cambio climático. También hay el lado extremo, con largos periodos de escasez de precipitaciones”.
Dijo que los cambios de condiciones océano atmosféricos se han venido presentando desde el 2000. Por ejemplo, los grandes eventos de El Niño 1982-1983 y 1997-1998 no se configuraron como tal en el 2015-2016 en Ecuador. Si bien a nivel mundial se presentó a escala extraordinaria, en el país el impacto no fue de tal magnitud, en cuanto a lluvias.
La masa de nubes o convergencia intertropical está activa durante la época de lluvias en el Litoral, con más intensidad en febrero y marzo, y es el principal generador de precipitaciones. Actualmente por eso se registran lluvias hacia el interior en Esmeraldas, Manabí, Santa Elena; y en las últimas 24 horas en gran parte de Guayas y El Oro.
En enero de este año hubo una disminución de precipitaciones por la falta de ráfagas de viento. Pero a partir del 20 de febrero, según el Inamhi, se registraron las condiciones océano atmosféricas para las lluvias intensas, con tormentas eléctricas, y esto se mantendrá en lo que resta de febrero y marzo.