Rodrigo Contero Peñafiel
El pesimismo invade la conciencia de los ecuatorianos, la carencia de proyectos para enfrentar la grave crisis luego de una desgastante contienda electoral donde ‘todo vale’, ha descubierto a los líderes amantes del poder al manifestarse en toda su dimensión y saber que el pueblo nuevamente fue engañado, cuando no se sabe enfrentar los problemas nacionales se hace y dice cualquier cosa, lo importante es mantener el espectáculo, el analfabetismo y la deserción escolar son una realidad (muchos rótulos que dicen lo contrario con vergüenza son retirados en Pichincha), el abandono, el maltrato a la niñez, la drogadicción, el alcoholismo, la explotación, la deficiente atención en salud, la falta de agua potable, carreteras destruidas, apagones anunciados o no, ausencia de proyectos productivos e industriales, inseguridad permanente, falta de respeto a las personas y a la libertad de expresión, solo demuestran que unas son las ofertas de campaña y otra la capacidad, preparación y conocimiento de los ‘nuevos líderes’. La autoridad ética, moral y social confronta con la doble moral de quienes creen que administrar la cosa pública solo es cuestión de buena voluntad y buen salario.
Las ‘campañas desinformativas’ no han logrado desvirtuar la realidad ni las expectativas, el país continúa sin liderazgos colectivos que sepan aprovechar de la capacidad de sus habitantes y que garanticen la ejecución de proyectos con visión de futuro, la estrategia y la planificación pertenecen al pasado. El país requiere de líderes ecuatorianos que sin la menor duda de su capacidad y procedencia sepan representarnos.