En el Hospital San Francisco, del IESS, en una consulta externa del área de nutrición. Foto: Cortesía / Hospital San Francisco del IESS
Los primeros días de julio, el guarandeño Hernán Ulloa sufrió un accidente doméstico. Pisó una tachuela y su pie se lastimó gravemente. Su familia trató de curar la herida en casa, pero no fue posible, por lo que acudieron a un centro de salud público. Allí -cuenta su hija María Elizabeth- lo revisaron y lo remitieron a un hospital de especialidades. “ Le diagnosticaron diabetes y le amputaron uno de sus dedos”.
Luego de la operación, este hombre de 66 años ha acudido a varias citas en el Eugenio Espejo, en Quito, para tratar su diabetes y la herida en el pie. El lunes, por ejemplo, le hicieron curaciones para evitar infecciones debido a su enfermedad. Además, acude al dispensario (primer nivel) más cercano a su casa, en Quitumbe, en el sur, para que le midan la glucosa y le administren insulina.
Atenciones médicas de este tipo continuaron en las unidades sanitarias públicas, pese al covid-19, que ha dejado 134 965 infectados, hasta ayer 29 de septiembre del 2020.
El Ministerio de Salud (MSP) registró 8,57 millones de atenciones en los establecimientos públicos del país, de enero a agosto. Es 8,2% menos de lo reportado en los mismos meses del 2019.
Los servicios más demandados comúnmente son medicina general, odontología, ginecología, pediatría, medicina interna, cirugía general, medicina familiar y comunitaria, obstetricia, psicología clínica y nutrición. Durante la emergencia sanitaria, en las seis primeras especialidades se registró una reducción en el número de ingresos.
La Cartera considera que la disminución en el número de atenciones se dio por las restricciones de movilidad de los usuarios. En cirugía general hubo una baja más drástica. Pasó de 115 035 a 70 504, en el período detallado, ya que las áreas que requiere están llenas de pacientes con covid.
Afortunadamente -dice María Elizabeth- su padre estuvo dentro del grupo de personas tratadas y operadas, en medio de la pandemia. “Previo a su intervención quirúrgica nos pidieron aplicarle una prueba PCR para confirmar o descartar la presencia del coronavirus. El resultado fue negativo, por lo que entró a quirófano”.
Hoy, Hernán se recupera y acude continuamente a controles. “Hemos sacado citas para octubre con el cardiólogo, oftalmólogo y urólogo, para seguir con su tratamiento”.
En estos meses, en algunas especialidades se ha observado un aumento en las atenciones a pacientes. Medicina familiar y comunitaria, psicología, obstetricia y nutrición son parte del listado. Entre enero y agosto del 2019 se reportaron 797 211 consultas obstétricas a mujeres embarazadas. Mientras que en este año se registran 906 522. Es decir, un incremento del 12%.
“No se suspendieron las citas ginecológicas y obstétricas. Pese a la pandemia seguimos brindando el servicio con normalidad”, explica el doctor Francisco Cepeda, responsable de la unidad en el Hospital San Francisco, del IESS.
En este sanatorio se atiende a unos 50 pacientes: 40 en consulta externa y 10 en ecografías y otros procedimientos, al día. “Hicimos varias adecuaciones para evitar los contagios, por ejemplo ampliamos horarios, para que las mujeres vengan con tranquilidad. Hay protocolos de protección”.
El número de partos -anota Cepeda- subió en los primeros meses de pandemia. En ese centro no se recibían casos de covid-19, por lo que muchas madres fueron remitidas a la casa de salud. “Antes de la emergencia teníamos siete alumbramientos diarios. La cifra se ha duplicado”.
En el Hospital Gineco Obstétrico Isidro Ayora se vivió una dinámica similar. Uno de los ginecólogos, que pidió la reserva de su nombre, señaló que la atención ha sido normal; al igual que la hospitalización. Actualmente, cada especialista atiende 20 mujeres por día.
Sin embargo -relata- sí hubo menos atenciones en la consulta externa. No han dejado de realizar controles de embarazo, citas para planificación familiar y partos. “No cerramos ya que este tipo de servicios son vitales”.
Las consultas en la unidad de nutrición también subieron en los ocho primeros meses del 2020. Ismael Yacelga es parte del equipo de nutricionistas del Hospital Quito Sur, del Seguro Social. Desde junio, este médico atiende a pacientes con patologías crónicas como hipertensión, diabetes, insuficiencia renal y obesidad. Las citas se realizan por medio de videollamadas, que duran unos 30 minutos. A diario trata siete personas.
“Las citas presenciales eran de menos de 20 minutos. Por los problemas de conexión o la inestabilidad de la Internet, aumentamos 10 minutos”.
Yacelga también trata a pacientes sin patologías graves. Ellos -subraya- están interesados en alimentarse mejor y en fortalecer el sistema inmunológico. “Por el temor al covid-19, las familias se preocupan por llevar una alimentación más balanceada, además hay la ventaja de que muchos están comiendo en casa”.
Otro especialista, Edgar León, presidente del gremio de médicos familiares, cree que “en los primeros meses de la pandemia, el sistema y la ciudadanía se concentraron en el covid-19. Y la gente prefirió buscar ayuda en los centros de salud, con tratamientos mucho más integrales, que brindamos desde este servicio”.