Carlos Terán Egas
El 5 de abril de 2009 denuncié en este mismo espacio que el IESS viene cobrando en los préstamos quirografarios una prima de seguro de desgravamen fija, que se la descuenta al momento de la liquidación y es calculada sobre el valor del préstamo, cuando dicha prima debería ser establecida en forma variable y reducida durante el plazo de la amortización para que guarde equivalencia financiera con el capital por pagar, que a la vez va reduciéndose progresivamente conforme transcurre el plazo de amortización del crédito.
Lo que continúan haciendo las autoridades del IESS, que tienen a su cargo las inversiones privativas, es calcular la prima de desgravamen en 100% del valor total del crédito que descuentan inmediatamente en la liquidación, dando la idea de que el afiliado o jubilado pueden fallecer, o fallece, el momento que finiquita la operación, instante en el cual el capital por pagar es exactamente igual al valor del crédito.
De esta manera, el IESS no está cumpliendo su función social, pues más bien ratifica con su proceder que la índole de las operaciones privativas que realiza, y que reglamentariamente es de carácter social, está siendo encaminada a incrementar su patrimonio a expensas del cobro anticipado de la prima de desgravamen y por el ciento por ciento de su valor como que prevé que el deudor puede fallecer el momento de hacer efectiva la operación.
En la práctica el procedimiento que viene aplicando el IESS es distinto al que utiliza el sistema financiero para este mismo tipo de operaciones.
No sé hasta qué punto lo que realiza el IESS es legal, entendiendo el término como ético y moral, en todo caso no está en concordancia con lo que se le exige al sistema financiero privado cobrar en los préstamos.
En conclusión, mientras se haga caso omiso de la parte técnica, bajo la publicitada tesis de la función social de los créditos por parte del IESS, el que seguirá perdiendo será el deudor (afiliados y jubilados) a expensas de su acreedor.
PREOCUPACIÓN DESDE ESPAÑA
Eduardo Andrade
Con mucha pena no he podido acceder desde España donde radico actualmente a la página de EL COMERCIO, espero que solo haya sido un problema por mantenimiento y no un ataque por parte de piratas informáticos, desde acá cada día me informo de lo bueno y en su mayor parte de lo malo que pasa en nuestro país, pero gracias a Ud. esa información se transmite al mundo. Mi respaldo a la labor que realizan y espero poder seguir informándome a través de este estimado periódico.
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