Imagen de Archivo de la devastación del huracán María. Un estudio asegura que muchos médicos no estaban orientados en la certificación del protocolo adecuado para registrar las muertes causadas por el ciclón ocurrido en 2017. Foto: EFE
Un total de 2 975 personas murieron en Puerto Rico a consecuencia del paso del huracán María en septiembre del 2017, concluyó un estudio encargado por el Gobierno local a la Universidad George Washington. La cifra prácticamente duplica la estimación que había ofrecido el Registro Demográfico de Puerto Rico, que hablaba de 1 427 muertos.
Además, es mucho más alta que el estimado original que presentó el Gobierno de Puerto Rico de apenas 64 muertes. El gobernador Ricardo Rosselló Nevares encargó el estudio a partir de los insistentes cuestionamientos a la cifra oficial por parte de medios locales y estadounidenses.
“El estimado oficial del gobierno de 64 muertes a causa del huracán es bajo principalmente porque las formas utilizadas para la atribución causal solo permitieron la clasificación de muertes atribuibles directamente a la tormenta, por ejemplo, las causadas por el colapso estructural, escombros voladores, inundaciones y ahogamientos“, indicó el estudio.
“Durante nuestro estudio más amplio se encontró que muchos médicos no estaban orientados en la certificación del protocolo adecuado“, añadió.
El Instituto Milken, a cargo del estudio, informó que para sus conclusiones analizó las muertes registradas en Puerto Rico entre septiembre de 2017 y febrero de 2018, comparándolas, por medio de un modelo matemático, con “patrones históricos“.
“Para estimar el exceso de mortalidad asociada con el huracán María fue necesario desarrollar estimados de mortalidad contrafácticas, o estimados de qué mortalidad se hubiera esperado si el desastre no hubiera ocurrido”, agrega.
Rosselló Nevares reconoció que su administración no estaba preparada para enfrentar un huracán tan intenso como el que azotó la isla el 20 de septiembre del año pasado. “En aquel momento teníamos un protocolo. No nos dimos cuenta hasta un poco después que era totalmente insuficiente y esto todo emana en que la responsabilidad de adjudicar la causa de la muerte era de los médicos, pero que lamentablemente no había un proceso formal para prepararlos ante una devastación“, dijo en declaraciones a la prensa.
Además, adelantó que firmará una orden ejecutiva para crear una comisión que tendrá como tarea revisar y reformar los protocolos y los procesos que sigue el Gobierno durante situaciones de emergencia y catástrofes.
También informó que se creará un registro de égidas y de personas con enfermedades crónicas para poder identificar a las personas vulnerables y tomar medidas preventivas.
En el documento se explica que los investigadores realizaron entrevistas a funcionarios del Registro Demográfico, directores de funerarias, de hospitales, patólogos forenses, de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) y miembros de asociaciones importantes.
También entrevistaron líderes de agencias y de comunicaciones del Gobierno de Puerto Rico, así como a líderes comunitarios. Entre las conclusiones del trabajo destaca que “el gobierno central no estaba preparado para utilizar canales de comunicación alternativos para la vigilancia de la salud y la mortalidad, la difusión de información de salud pública y la coordinación con las comunidades, incluidas la comunicación interpersonal y la radio”.
El documento cita además a lo que describe como “líderes claves” e indica que estos “percibieron que el conteo de muertes es mucho más alto y consideran que el liderazgo del gobierno estuvo desconectado de las realidades de las comunidades puertorriqueñas, que no hubo transparencia en la información, que información fue intencionalmente retenida para evitar que les echaran culpas y que no hubo sistemas adecuados para rastrear el total de muertes”.
Incluye además varias recomendaciones, entre las que destaca la necesidad de desarrollar “un proceso confiable y flexible de vigilancia de mortalidad institucional que proporcione evidencia confiable y precisa durante desastres naturales“.
Puerto Rico fue azotada por el huracán María el 20 de septiembre de 2017. Como resultado de su impacto, la isla perdió la totalidad del servicio eléctrico, el 90 por ciento de su capacidad de comunicación inalámbrica y sufrió prolongadas interrupciones de sus vías principales, lo que contribuyó a la desinformación en el país durante los meses posteriores al ciclón.