Puedes ver en Facebook: Carlos Michelena haciendo campaña. Pero no se ve en televisión… ¡no sé por qué!
El cómico quiteño, al que nadie puede acusar de pelucón, hace campaña por el no. Dice que para votar necesitaría leer los 400 y pico artículos de la Constitución (“el pico creo que es lo que quieren reformar”), los códigos Civil y Penal, más no sé cuántas leyes más… ese es el camino largo. O si no, vota no y pelado el pollo.
¿Muy vivo? No, muy divertido, pero eso sería en tiempos normales. En estos tiempos de cólera ciudadana, en los cuales meten preso a todo el que dice no, hasta el humor está en peligro. Ni al primer colérico de la nación ni a sus amigos les gusta el humor.
Según la madera de cada Presidente, se ha tratado el humor. Ni a García Moreno, ni a Velasco Ibarra, ni a Febres Cordero ni al que sabemos les han contado los chistes presidenciales. Han permanecido en la clandestinidad.
Lejos están los tiempos en que un jefe supremo como el ‘Bombita’ Rodríguez Lara llevaba una libreta para anotar los chistes que le atribuía la sal quiteña. Más lejos todavía está esa época en la que Galo Plaza nombró Embajador a alguien que lo satirizó. Dicen que tampoco Borja se molestaba cuando le contaban chistes sobre él… hasta que le explicaban.
Pero tal como en la España franquista siguieron haciendo chistes de Franco, la sal quiteña seguirá fregando desde “contra Barrera”.