El huevo es un alimento completo
Redacción Sierra Centro
Antes de regresar a Quito, Pedro Monteverde va al Mercado Central de Ambato. Cada 15 días compra en la ciudad ropa y zapatos para venderlos en otros lugares.
Cuenta que no puede irse sin degustar los tradicionales llapingachos que vende Delia Cuji. Doña Deli, como la conocen en el popular mercado, vende desde hace más de 40 años este tradicional plato. Al día oferta más de 200 a USD 2 cada uno.
Según Monteverde, los llapingachos le dan energía para trabajar. El plato está compuesto por tortillas de papa rellenas de queso, chorizo, ensalada de lechuga y un huevo frito.
“Estas tortillas sin huevo no son lo mismo”, sostiene. Su amiga Gabriela Cáceres comenta que come un plato de tortillas dos o tres veces en el año. “No las como a menudo, sobre todo, por el huevo. Dicen que tiene colesterol”.
Para la nutricionista Geovanna Mantilla, el plato de llapingachos es nutritivo porque combina proteínas (huevo y chorizo), carbohidratos (papas) y ensalada. Aunque sugiere que no se debe comer en exceso el chorizo.
Asegura que un alimento que esté acompañado con huevo tiene los nutrientes necesarios para la dieta diaria. “El huevo es un alimento esencial y único”.
A Pablo Cisneros, otro cliente de doña Deli, le fascinan los huevos especialmente con mote o arroz. Pero sí le preocupa que le afecte a su salud.
La nutricionista Gabriela López indica que hay muchos mitos sobre el consumo del huevo.
“La gente dice que tiene colesterol, que ocasiona problemas digestivos, que engorda… nada de eso es verdad. Todos debemos consumirlo porque tiene componentes nutritivos completos”.
Clemente Orellana, endocrinólogo, dice que cada huevo aporta con 200 y 300 gramos de colesterol. Por ello sugiere limitar el consumo a uno diario, incluso en pacientes con diabetes, hipertensión... Es mejor consumirlo cocinado. Para quienes gustan del huevo frito se aconseja que lo coman una o dos veces cada 15 días. El huevo es importante en la dieta diaria. Está compuesto de agua, proteínas y vitaminas como A, D, E, K y C.
Además, tiene albúmina, luteína, zeaxantina, metiolina, istirina y otros aminoácidos que ayudan en el crecimiento. La albúmina, por ejemplo, fortalece el sistema inmunológico especialmente de los niños.
En tanto, la luteína y zeaxantina previenen de problemas irreversibles en la visión.
Una investigación realizada por la Sociedad Ecuatoriana de Ciencias de la Alimentación y Nutrición (Secian) señala que los niños que comen un huevo diario son menos propensos a enfermedades gastrointestinales.
También tiene antioxidantes que eliminan los radicales libres, es decir, los causantes del cáncer.
Otro beneficio es que tiene un 100% de digestibilidad lo que no pasa con otros alimentos. Por ejemplo, alimentos como la soya solo se digiere en un 70%. Esto permite consumirlo a cualquier hora del día ya que sus nutrientes se absorben de manera correcta.
Varios estudios, que son difundidos por la Corporación de Avicultores del Ecuador (Conave), demuestran que el consumo de este producto no aumenta el colesterol y que tiene grasas insaturadas, es decir, que no ocasionan el aumento del colesterol y de los problemas cardíacos.
Según la Secian, el huevo colabora en la prevención de enfermedades como la desnutrición y anemia porque contiene hierro, elemento básico para mantener el cuerpo sano.
La nutricionista López indica que la yema del huevo únicamente tiene 2% de grasa y es buena. “Las grasas del huevo son esenciales. Por eso ahora se incentiva a que las personas consuman un huevo diario”.
Tome en cuenta
Para complementar la dieta diaria el huevo se debe consumir acompañado con vegetales y carbohidratos. De esta forma el cuerpo recibe los nutrientes necesarios para las actividades diarias.
Una persona debe consumir a diario un 30% de grasa y 12% de proteínas. El resto deben ser carbohidratos.
En una dieta adelgazante el huevo es un componente importante. Se lo puede consumir a diario cocinado. Si lo va a consumir frito es recomendable que lo haga con aceite vegetal.
La receta
Babaroise de vainilla
5 huevos
½ taza de azúcar
4 sobre de gelatina sin sabor (una caja)
1 tapa de esencia de vainilla
¼ taza de crema leche baja en grasas
Separe las claras de las yemas. Vierta la ½ taza de azúcar en las claras y lleve a fuego bajo para calentarlas a baño maría. Mézclelas y no permita que se cocinen. Cuanto estén a unos 45 grados retírelas del fuego y bátalas a punto nieve.
Aparte bata las yemas con cuatro cucharadas de azúcar y la esencia de vainilla. En otro envase derrita la gelatina sin sabor con cuatro cucharadas de agua. La crema de leche también se debe batir hasta que doble su volumen. Para finalizar una todos los ingredientes y mézclelos con movimiento envolventes.Vierta en moldes y refrigere por 45 minutos. Decore a su gusto. Rinde 8 porciones.