Redacción Manta
Los cánticos religiosos de familiares y amigos se escuchaban a nítidos. Ellos llegaron desde el viernes por la noche a la improvisada capilla ardiente en la humilde vivienda de la familia Mantuano Flores, ubicada a cinco minutos del centro de Río Bravo, a espaldas del cerro de Montecristi.
Hubo 4 sobrevivientes
Darío Espinal, Martha Mantuano de Espinal, María Espinal Mantuano y Jorge Piloso también estaban en el inmueble que se incendió, pero como dormían en el primer piso lograron salir por una ventana.
Félix Mantuano, padre de Pedro Marcelino, se negó a enterrarlo en Venezuela. Pidió su repatriación inmediata a Manta.
Según Mantuano, en ese país se robaban los cadáveres y los nichos para comercializarlos, presuntamente a estudiantes de medicina.
Todos rezaban por las almas de Marcelino Mantuano, de 22años; su esposa Ramona López, de 21; su hijo Jefferson, de 6 años; Marisela Mantuano, de 19, y Leonor Espinales, de 17.
Los cinco murieron la madrugada del viernes 1 enero en un incendio en la casa que cuidaban. La vivienda estaba ubicada en un barrio de clase alta: urbanización El Marqués, en la ciudad de Caracas (Venezuela).
Ayer fueron trasladados desde Guayaquil los cuatro cuerpos que llegaron de Venezuela, vía aérea. En la estrecha sala de la vivienda de los Mantuano, apenas cabían 30 personas. Los cinco féretros llenaban el reducido espacio.
La madre de Marcelino, Juana, aún no se recuperaba de la muerte de Marcelino y Marisela. Lloró desconsolada y aseguró que después del funeral se quedará por dos meses en Ecuador.
“Tengo que realizar las siete noches de rezos, luego volveré a Venezuela, lo único bueno es que ya no tengo que estar escondiéndome cuando viajo por tierra, ahora tengo mis papeles en regla, solo me durarán un año, ojalá me ayuden para conseguir la residencia permanente”, refirió.
La mujer preparó bocados de pan con queso para brindar a quienes acompañaron a sus familiares en el velatorio. Un sobrino secaba ayer con un pañuelo blanco las lágrimas que empapaban constantemente sus mejillas.
En la parte externa de la vivienda, Alberto López, padre de Ramona (la esposa de Marcelino), aseguró que luego del funeral empezará a solicitar oficialmente respuestas a las autoridades especialmente de Venezuela sobre las causas del incendio.
“No es posible que todos se hayan muerto y no haya una explicación. En una casa de dos pisos, al menos uno o dos se deberían haber salvado lanzándose por una ventana, esto es muy raro”.
Las preguntas sobre las verdaderas causas del siniestro siguen sin respuestas aunque hay un testimonio. El de Darío Espinales, quien es el padre de Leonor. Él estuvo en la planta baja de la vivienda del incendio.
“Todo fue en cuestión de minutos, apenas si alcanzamos a salir cuando la casa estaba llena de lenguas de fuego. No escuché nada, ningún grito de auxilio, los bomberos llegaron después de una hora cuando toda la vivienda estaba consumida”.
Esta previsto que hoy, pasado el mediodía, sean enterrados los cuerpos de las víctimas en bóvedas funerarias que fueron terminadas ayer. Las lápidas llegaron desde Montecristi.
Los familiares celebrarán una ceremonia religiosa previa.