En los últimos meses, Quito ha sido escenario de un mayor número muertes violentas. Femicidios, asesinatos, violencia interpersonal y ajuste de cuentas. Detrás de esas modalidades hay historias de adolescentes que mataron a un amigo durante una pelea, mujeres que murieron en manos de sus parejas o personas que pagaron con su vida algún problema con la distribución de las drogas.
Cualquiera que sea la modalidad, el resultado es el mismo: más crímenes. De enero a julio del 2016 se han registrado 90 homicidios, mientras que en el mismo periodo de tiempo del 2015 fueron 76. Es decir un incremento del 18,4%, según el Ministerio Coordinador de Seguridad.
Uno de los últimos casos fue el asesinato de Alexandra Soria, una ginecóloga de 53 años, cuya causa de muerte fueron fuertes golpes en la cabeza. Su hija menor está detenida y es sospechosa del crimen. Su cuerpo fue encontrado ayer, domingo 21 de agosto del 2016, en el interior de la cajuela de su auto abandonado en la avenida Simón Bolívar, en el norte de Quito.
Este no es el único caso de donde el nivel de violencia conmociona a la capital. El 22 de julio, una mujer fue asesinada con tres disparos. Su cuerpo se lo encontró junto a las rieles del tren del sector de la Villaflora, en el sur. Aparentemente se trataría de una aparente venganza por drogas.
Un día después, el 23 de julio, la Policía localizó los cuerpos de los esposos José Manopanta y Felipa Águila, quienes fueron golpeados, apuñalados y lanzados al canal de riego del río Pisque, en Cayambe. Según sus familiares, ellos salieron la noche anterior a realizar carreras en un taxi informal, así se ganaban la vida, pero ese día ya no regresaron a su casa.
Cuatro días después, el 27 de julio, dos hombres fueron apuñalados en el sector de La Floresta, cerca del parque de las comidas típicas. En este caso, los asesinos sacaron a las víctimas de un taxi y los abandonaron en la calle a las 22:00, cuando todavía había peatones.
El 11 de agosto pasado, la hija de Lili Valencia vio cómo su madre era acuchillada presuntamente por su expareja, en Quitumbe. El hombre intentó quitarse la vida después del crimen. Otro caso más ocurrió el feriado del 10 de Agosto, en donde un adolescente de 15 años mató a un joven después de una riña aparentemente por un problema sentimental.
Los datos del Ministerio de Seguridad indican que en Pichincha, en el 63% de los crímenes se usan armas blancas y en 13,3% armas de fuego. El sábado es el día que más crímenes se registran y esto se asocia directamente con el consumo de licor.