Miembros de la Policía Nacional detuvieron al presunto agresor. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
El miedo se extendió entre los habitantes de Cumbayá, parroquia rural ubicada en el oriente de Quito. La posibilidad de que se repita un femicidio como el de Diana, que conmocionó Ibarra, puso en alerta a todos los vecinos y a la Policía.
Dentro de una vivienda, una mujer se encontraba retenida por su expareja. Este la había sometido con cuchillo y amenazaba con matarla.
El hecho se inició a las 14:00 de este jueves 14 de marzo del 2019. A esa hora la mujer llamó al ECU 911 y reportó que estaba sufriendo agresiones por parte de su expareja.
Unas horas antes, la víctima había presentado una denuncia en la Dirección de Violencia Intrafamiliar de la Policía y obtuvo una boleta de auxilio. A los uniformados les contó que tenía miedo por su vida, dijo que su exconviviente era un hombre extremadamente agresivo, tenía un carácter explosivo, estaba enfermo de celos y ya la había golpeado otras veces, incluso era violento con sus familiares.
Luego de conocer esos antecedentes, un equipo de la Dirección de Violencia Intrafamiliar de la Policía acudió a la vivienda. Allí encontraron que el hombre tenía retenida a la mujer y portaba dos cuchillos.
Un contingente del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) y un negociador llegaron hasta el lugar y retiraron a las dos hijas de ambos que se encontraban en la casa. Por cuatro horas intentaron persuadir para que el agresor no lastimara a su expareja.
A las 18:00, los uniformados lograron rescatar a la mujer. Uno de los policías forcejeó con el sospechoso y agente resultó golpeado. La mujer fue puesta a buen recaudo. No presentaba heridas, pero sí estaba conmocionada.
En ese momento, el sospechoso amenazó con suicidarse. Sacó un tanque de gas hacia el balcón de la casa. Allí abrió la válvula y advirtió que haría explotar el lugar.
Los agentes lo calmaron y un grupo de policías ingresó a la vivienda y lo arrestó. El tanque de gas fue retirado y asegurado.
Víctor Araus, comandante de la Policía del Distrito Metropolitano de Quito, confirmó que ni la mujer ni sus hijas ni el sospechoso presentan lesiones. Sin embargo, la víctima fue trasladada en un patrullero a la Unidad de Flagrancia, en el norte de Quito, para que se realice un examen médico legal y una valoración psicológica.
El hombre también fue llevado a esta dependencia judicial, en donde se presentarán cargos. Aún se desconoce si la Fiscalía lo imputará por intento de femicidio o por otro delito.
La familia de la víctima, que presenció el secuestro, contó que el hombre era violento y que la relación de pareja duró ocho años. “No le dejaba trabajar a mi hija”, dijo el familiar.
El progenitor espera recibir la protección de la Policía, ya que tiene miedo de que los allegados del detenido los agredan.