Las autoridades holandesas están controlando ahora la carne de pollo, además de los huevos, para analizar si también resultó contaminada con el insecticida fipronil, dijo hoy (8 de agosto del 2017) un portavoz de la agencia de control de alimentos del país (NVWA) en Utrecht.
Por el momento, solo unas pocas empresas que producen tanto huevos como carne se han visto afectadas por los controles, explicó el portavoz.
La venta de la carne se volverá a permitir cuando los controles indiquen que no hay restos de fipronil, indicó.
Un portavoz de la Federación Holandesa de Agricultura y Horticultura (LTO) señaló que la mayoría de las empresas se deciden o bien por la producción de huevos o por la de carne de pollo. “Las que producen las dos cosas se pueden contar con los dedos de las manos”, por lo que los productores de carne no se verán afectados por el escándalo del fipronil, consideró.
Los pollos son sacrificados a las seis semanas y después se limpia la nave de cría. Esto significa que los parásitos, contra los que se utilizó de forma ilegal el fipronil en las naves de gallinas ponedoras, no se han podido desarrollar en las de pollos.
Sin embargo las gallinas ponedoras sí permanecen dos años en sus naves, lo que favorece a los parásitos, explicó. Por el momento no hay información sobre los resultados de los controles.