El guayaquileño Carlos Torres, ingeniero civil de profesión, atesora monedas y billetes de sucres que datan de hace más de 100 años. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
Cuando el Ecuador dejó atrás al sucre, para entrar oficialmente al sistema de dolarización desde el 9 de enero del 2000, Carlos Torres tenía apenas 6 años. Lo que recuerda de esa época es que a veces su tía le daba un billete de 10 000 sucres, que le alcanzaba para comprar un helado de los más caros. Recuerda también que su abuela le había contado que alrededor de los años 50, un billete de 100 alcanzaba para comer por un mes.
Ecuador cumple este sábado 9 de enero del 2021, 21 años usando al dólar estadounidense como moneda oficial, pero hay ecuatorianos que todavía conservan sucres en monedas y billetes, ya sea por nostalgia o porque se volvieron aficionados a coleccionar estas piezas por su historia y valor.
Es el caso de Carlos, ingeniero civil guayaquileño, que es coleccionista de sucres y experto en numismática y notafilia (disciplinas que estudian las monedas y billetes respectivamente).
“Cuando comencé con esto mi familia decía que estaba loco, así nos pasa a todos los coleccionistas, pero luego se dieron cuenta que me iba bien, que vendía monedas y billetes y vieron que no era un juego”, recuerda.
Una moneda ecuatoriana de 1928 cuesta hasta USD 1 200
Sobre la mesa de su oficina, ubicada en Sauces, en el norte de Guayaquil, Carlos muestra las piezas que están resguardadas en sobres o cajas, y comienza a hablar de las más especiales, como un profesor que enseña de historia.
“A esta moneda se la conoce como cóndor de oro, es del año 1928 y puede llegar a costar hasta USD 1 200, hay muy pocas”, cuenta mientras muestra esta moneda dorada que cuando fue emitida tenía un valor de 25 sucres.
Torres dice que los billetes, de la que fue la moneda oficial de Ecuador, pueden llegar a costar miles de dólares, según la pieza. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
Mientras muestra la pieza relata que esta fue emitida por el Banco Central del Ecuador y que antes de 1928, eran los bancos privados los que emitían sucres.
Junto a ese sucre dorado también guarda dos monedas plateadas, cuya denominación es de 2 y 5 sucres. “Estas también son muy escasas, pueden llegar a costar hasta USD 1 500”, cuenta.
El precio de los billetes de los sucres varían según la conservación o particularidad de cada denominación. En la imagen, la cara posterior de los 20 sucres. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
En su colección además tiene monedas más antiguas, una de ellas data de 1884, año en el que Ecuador circularon los primeros sucres.
Imagen frontal del billete de 20 sucres. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
De una afición a un negocio
Carlos tiene una tienda virtual Coins Shop Ec, a través de la cual vende y subasta monedas y billetes a coleccionistas.
“Las redes sociales han hecho que muchas más personas, sobre todo jóvenes, conozcan de la numismática y se interesen por coleccionar. Cuando yo comencé, hace siete años, había pocos jóvenes. Me acuerdo que entré a un club de filatelia, porque también se hablaba de monedas, y todos eran señores con cabeza blanca y yo, el único joven”, comenta.
Imagen frontal del billete de 100 sucres. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
En su colección también tiene billetes de sucres que fueron emitidos por los bancos privados de la época, antes de que exista el Banco Central, estos también pueden llegar a costar USD 800 o más de USD 1 000, cuenta.
Mientras los saca de una carpeta, el joven coleccionista explica que el tamaño de los billetes que emitían esas entidades financieras era mucho más grande que el de los billetes de sucres más modernos que la gente recuerda de la época de los 90. “Eran billetes tipo sábana y mientras más alta era la denominación, más grande era el tamaño del billete”.
Imagen frontal del billete de 1000 sucres. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
El joven prefiere no contar cuánto ha invertido en su colección o cuánto ha vendido a sus clientes, “es una inversión importante”, dice.
Sobre la mesa también están los billetes que la gente todavía recuerda haber usado antes de la dolarización: el billete de tonos grises que equivalía a 100 sucres, el verde de 1000 sucres, el blanco de 10 000 sucres. Estos, como son más comunes, no son tan codiciados entre los coleccionistas.
Una colección de monedas acuñadas en Santiago, Lima o Birmingham
Carlos comenta que es más difícil que el papel moneda se conserve bien y eso también le da valor a las piezas. Sin embargo, lo que hace que una moneda o un billete sea más costoso es la cantidad de especies que existen y los detalles o datos curiosos que guardan.
Los colores de las monedas también inciden en el precio de las mismas, señala el coleccionista guayaquileño. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
Por ejemplo, hay piezas que fueron emitidas “como prueba” por el Banco Central y de alguna manera, ahora están en manos de algún coleccionista. “Como hay pocas muestras de esa prueba, esas piezas son mucho más caras”, señala.
Carlos conoce de memoria detalles de los sitios donde fueron acuñadas monedas: Santiago, Lima, Birmingham, dice mientras las muestra en sus cajas pulcras. También conoce su peso, el material del que están hechas y los años en que fueron emitidas.
Carlos Torres dice que ha hecho de su gusto por coleccionar una profesión. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
Cuando compara los billetes explica cómo fueron cambiando los colores, sabe los nombres de los personajes que llevaban impresos e incluso reconoce los billetes de la época en que eran emitidos bajo patrón de respaldo oro.
Lleva siete años en este mundo y reconoce que siempre aprende algo nuevo o descubre alguna pieza que no sabía que existía. Su entusiasmo inicial sigue intacto. “No pensé que iba a llegar a esto, pero aprendí más de lo que esperé y ahora me dedico 100% a esto”, reconoce.