Los cuatro heridos que dejó el último accidente aviatorio en el pueblo originario kichwa de Sarayaku el 28 de diciembre del 2014, salieron de los hospitales de Shell y Puyo, en la provincia amazónica de Pastaza, en Ecuador.
Los religiosos William Rojas y María Palomino, el papá del sacerdote de origen colombiano, Libardo Rojas; y el piloto Homero Álvarez resultaron afectados, después de que la avioneta se accidentara, cuando despegó de la pista de la comunidad amazónica de Sarayaku hasta Shell.
Ellos salían del pueblo después de celebrar la ceremonia de bautizo de ocho niños de la comunidad. Álvarez recuerda que solo sintió que el motor perdió potencia; por eso “intenté regresar a la pista pero fue tarde”. El aeroplano cayó en las riberas del río Bobonaza.
Según Ricardo Gonzales, piloto rescatista de Aeropolicial, los cuatro tripulantes, incluido el piloto, recibieron el alta y están fuera de peligro en Puyo. El religioso sufrió una contusión leve en el brazo izquierdo y su papá policontusiones; Palomino tenía golpes en la pierna derecha mientras que Álvarez sufrió daños en brazo y pierna izquierdas.
El piloto, que lleva 35 años volando, asegura que en su empresa, Aerokashurco, siempre han velado por la seguridad de sus clientes. Rubens Álvarez, presidente de la compañía, explica que siempre han tenido los documentos en regla para sus labores de rutina. “Esto que nos pasó es un accidente acompañado de mala suerte”.
El percance es el cuarto que sufre la empresa en los últimos cuatro meses del 2014. En los dos primeros, en septiembre y octubre, perdieron la vida siete personas.
Freddy Cabrera, delegado de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) del aeropuerto Río Amazonas de Shell, asegura que una aeronave debe pasar por un chequeo mecánico previo a realizar cualquier tipo de operaciones. “Esta empresa, en sus ocho años de funcionamiento, siempre ha estado en óptimas condiciones”.
Además asegura que también se requiere de un informe detallado sobre las funciones que se realizarán como son el traslado de pasajeros de un lugar a otro, salto en paracaidismo, observación de rutina, transporte de carga y ambulancia aérea; incluso de la cantidad de combustible que se necesite.
Los investigadores de la Junta Investigadora de Accidentes (JIA), que ya se encuentran en Sarayaku, tienen previsto entregar los resultados de los análisis en las próximas horas.