Petita Palma Piñeiros. Cantora y promotora cultural
Tengo 82 años y dirijo el Grupo Tierra Caliente, un conjunto de jóvenes que recrean las danzas, cantos y poesías del pueblo afroesmeraldeño. La libertad es lo más grande que hay. Es querer y poder hacer una cosa a su manera. Yo he sido tan libre con la música y el canto.
La libertad me ha permitido llevar la cultura esmeraldeña por todos lados, por otros países, aunque primero conocí el mío. Y así, con el arte popular, recorrí la Costa, la Sierra, Oriente y Galápagos. Eso gracias a mi libertad, que incluso me permitió ganar el premio Eugenio Espejo, en 2008. Considero que la libertad no es gratuita.
Demanda un esfuerzo y un sacrificio. En mi caso lo pagué con trabajo. Aún continúo laborando en el Departamento de Cultura de la U. Técnica Luis Vargas Torres. Hoy recuerdo que mi mamá, Tomasa, me decía que en la vida hay que ser honesto, sencillo, humilde, pero no humillado. Eso es no tener libertad y eso no va conmigo. Yo no hubiera logrado todo lo que he hecho si no fuese y me sintiera libre de verdad. Red. Esmeraldas