Hambre y violencia no ceden en Guatemala

La violencia criminal y la hambruna, que han dejado miles de muertos en Guatemala, son los grandes fracasos en los dos primeros años del gobierno del presidente Álvaro Colom, en medio de un clamor para frenar esos flagelos.

Tanto defensores de los derechos humanos, políticos, religiosos, como el propio Gobierno, reconocen la falta de éxito en esos temas, que colocan al país como uno de los más violentos de Latinoamérica, con una media diaria de 19 homicidios, y develan las precarias condiciones en que vive el 80% de los 13 millones de guatemaltecos.

El asesinato del abogado Rodrigo Rosenberg, perpetrado el 10 de mayo pasado, fue el que más golpeó al país con masivas protestas callejeras, toda vez que había acusado, en un video difundido póstumamente,  al presidente Colom de su futuro asesinato.

El cardenal Rodolfo Quezada arremetió ayer  contra las fracasadas políticas para contrarrestar la violencia y paliar la pobreza. Esta  se acentuó en 2009, debido a una sequía que destruyó cultivos y dejó más de 400 muertos, así como    400 000 familias desplazadas.  Guatemala. AFP
 

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