Este grupo de extranjeros está en el puente internacional Rumichaca a la espera de ver qué sucederá con ellos. Foto: Francisco Espinoza para EL COMERCIO
Colombia espera solucionar cuanto antes el problema de los haitianos que están varados en la frontera con Ecuador.
Por eso, en una reunión que ayer mantuvieron las autoridades de esa nación decidieron que los extranjeros sean deportados en 48 horas a Haití.
El inconveniente comenzó el lunes de esta semana, cuando los indocumentados intentaban pasar desde Ecuador y seguir su ruta a Estados Unidos.
Los policías colombianos frenaron el avance, pues no tienen los documentos migratorios en regla. Cuando aquello sucedió tampoco pudieron regresar a Ecuador, pues pesaron las mismas razones.
Quienes se encuentran en esta condición dicen ser 150 y desde ese lunes grupos enteros pasan en la calle, con pequeñas mochilas y cubiertos con ropa abrigada hasta ver exactamente qué sucederá.
Jorge Montenegro, secretario de Gobierno del Municipio de Ipiales-Colombia, señaló a la cadena Ecuavisa que las personas que se encuentran en estas circunstancias serán llevadas “de manera inmediata, vía aérea” a Puerto Príncipe.
Los pocos migrantes que saben español piden que se les permita avanzar, pues aseguran que no vienen para quedarse, que no quieren trabajar aquí, sino conseguir el “sueño americano”, para “tener una vida mejor” con sus familias.
Pero este no es el único caso de haitianos que quieren viajar sin los papeles en regla. De enero a junio de este año se desarrollaron audiencias a 171 extranjeros, para analizar su situación jurídica y su permanencia en el Ecuador.
Además, el mes pasado, 21 haitianos fueron deportados a las fronteras por donde ingresaron, es decir, Perú y Brasil.
Pedro Velasco, presidente del Consejo de la Judicatura del Carchi, habló ayer con este Diario y señaló que estas personas están a la deriva. “No hay quién les proteja. Esto ya rebasó el tema legal, ya no es un asunto judicial, es algo humanitario”, comentó.
Antes de que se conociera el pronunciamiento desde Colombia, en Ecuador la Policía decía que este asunto compete estrictamente a esa nación.
“Es una situación que deben resolver las autoridades migratorias del vecino país”, señaló Gary Arellano, jefe del distrito Tulcán de la Policía.
De hecho, el movimiento de los foráneos es vigilado desde lejos por los gendarmes.
Por ejemplo, la mañana del miércoles pasado, en el lado ecuatoriano había 10 agentes vestidos con uniforme. Pero a medida que avanzaba la tarde el número se duplicó.
Algo similar sucede en el lado colombiano, pues ninguna persona indocumentada puede ingresar a las dos naciones.
Rolfy Jiménez, comandante de Policía de Ipiales, dijo que la orden que tienen es controlar “a toda costa, las 24 horas, de una manera rigurosa el paso fronterizo de Rumichaca”.
Por ahora, mientras dura la espera, unas personas apenas tienen dinero para comer pan o papas fritas. “No tenemos dinero”, afirma uno de ellos.
Todo lo que tenían pagaron a las redes de coyotes que les ofrecieron llevar “sin problemas” a los Estados Unidos. Por toda la travesía, cada uno debe cancelar hasta USD 3 000.