Una hacendada definirá las reservas indígenas en el Gobierno de Bolsonaro

Los cambios en los ministerios para la administración pública fueron los primeros temas de los decretos firmados por el nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Foto: EFE

Los cambios en los ministerios para la administración pública fueron los primeros temas de los decretos firmados por el nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Foto: EFE

Los cambios en los ministerios para la administración pública fueron los primeros temas de los decretos firmados por el nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Foto: EFE

La nueva ministra de Agricultura de Brasil, Tereza Cristina Correa, una hacendada que coordinaba la bancada de los propietarios rurales en el Congreso, será la encargada de delimitar nuevas reservas indígenas, según uno de los primeros decretos firmados por el presidente brasileño, Jair Bolsonaro.

El decreto publicado en el Diario Oficial el martes 1 de enero del 2019, un día después de la investidura del líder ultraderechista como nuevo jefe de Estado de Brasil, determina que el Ministerio de Agricultura será el responsable por identificar, delimitar y crear nuevas reservas indígenas.

La norma forma parte de una serie de medidas con las que Bolsonaro reestructuró la administración pública y su Gabinete.

La delimitación de las reservas indígenas en Brasil era hasta ahora una responsabilidad de la Fundación Nacional del Indio (Funai), entidad responsable por las políticas indígenas y que está vinculada al Ministerio de Justicia.

El mismo decreto de Bolsonaro determina que pasarán a estar vinculadas al Ministerio de Agricultura tanto el Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (Incra) como la entidad responsable por regularizar las reservas de los quilombolas, como son conocidos los hijos de los afrodescendientes prófugos en la época de la esclavitud.

La norma, por lo mismo, determina que Correa, una conocida líder de los grandes propietarios rurales en Brasil, será responsable en adelante por definir las tierras para indios, quilombolas y campesinos sin tierras, sectores que han estado en permanente conflicto con los hacendados.

Igualmente fue transferido al Ministerio de Agricultura el Servicio Forestal Brasileño, un órgano que tiene como responsabilidad la reforestación en áreas devastadas y las políticas para regular la explotación sustentable de regiones selváticas.

El Servicio Forestal Brasileño estaba vinculado al Ministerio de Medio Ambiente.

Bolsonaro, un ultraderechista polémico por su histórico de declaraciones machistas, racistas y homófobas, prometió durante su campaña que no delimitaría nuevas reservas para los indios y que autorizaría las explotaciones mineras en las tierras indígenas.

Brasil cuenta actualmente con 462 reservas indígenas que se extienden por un área equivalente al 12,2% del territorio nacional, en su mayoría en la Amazonía, destinada a los cerca de 900 000 indios del país.

El nuevo Presidente igualmente prometió defender a los propietarios rurales cuyas tierras son invadidas por campesinos y anunció que presentará a consideración del Congreso un proyecto de ley que criminaliza como terrorista a quien ocupa tierras de otras personas.

De acuerdo con datos de la Comisión Pastoral de la Tierra, una organización vinculada al Episcopado de la Iglesia Católica, la violencia en el campo provocada por la disputa de tierras, pese a que se redujo el año pasado, provocó 24 muertos, entre ellos 5 indios.

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