El H. Andrade Marín cerró psiquiatría pese a negativas
Redacción Sociedad
Las rejas de metal que permitían el ingreso al servicio de psiquitaría del hospital Carlos Andrade Marín (IESS-Quito) están cerradas desde las últimas semanas de septiembre.
El 15 de ese mes, la director del hospital, María Sol Larrea, dispuso al jefe de Salud Mental, Luis Riofrío, que los pacientes hospitalizados en esta área sean transferidos a las clínicas privadas que tienen convenios con el IESS.
La decisión se tomó pese a un pronunciamiento negativo de la Defensoría del Pueblo.
Luego de una hora de inspeccionar el servicio de psiquiatría, este organismo determinó que el cambio de lugar debería concretarse solo cuando se cuente con el Centro de Salud Mental del IESS.
En un comunicado remitido a la Defensoría, Larrea aseguró que el servicio de psiquiatría, que operaba en el quinto piso, era “completamente inadecuado”. Y aseguró que desde allí se han arrojado pacientes y se han suicidado.
Esto obligó -explicó Larrea- a que las habitaciones y el acceso principal se cierren con barrotes.
Además, la estrechez del espacio físico ha obligado a disminuir el número de camas disponibles.
Esto, para acomodar salas para rehabilitación física y manual.
El caso también llegó a la Asamblea. En un comunicado oficial, la ex directora general del IESS y actual legisladora del oficialista Alianza País, Betty Amores, dispuso que el presidente del Consejo Directivo, Ramiro González, investigue el caso. Además, que suspenda la salida de pacientes.
Familiares de estos últimos recolectaron 60 firmas y se mostraron preocupados por el desplazamiento a otros sitios, donde “no tienen las condiciones para tratar las dolencias”. Pero Larrea aclaró que los pacientes incluso tendrán contacto con la naturaleza.
Por ahora, los pacientes que necesiten un tratamiento prolongado ya no son internados en el Andrade Marín. El servicio, que antes tenía 24 camas, está abandonado y se habilitó un área de ocho camas en el mismo piso.
Este es solo un servicio ambulatorio y funciona en las oficinas que inicialmente estaban destinadas para gastroenterología.
Larrea indicó que los pacientes crónicos ambulatorios serán controlados en ese centro ambulatorio de la institución y aquellos que requieran hospitalización serán remitidos a las clínicas. La funcionaria aclaró que aquello estará vigente hasta que concluya la construcción del nuevo centro.
Pero para ello no existe una fecha oficialmente establecida. En el IESS tampoco se han hecho público los términos del contrato con los centros particulares.
Por ello, los pacientes exigen que se informe cuánto costará la atención mensual a cada paciente. La intención es establecer el costo-beneficio del acuerdo suscrito con las clínicas privadas.