El dirigente nacional del movimiento Democracia Sí durante una entrevista en EL COMERCIO, este 16 de octubre del 2017. Foto: Captura de pantalla
Gustavo Larrea, dirigente nacional del movimiento Democracia Sí y fundador de Alianza País (AP) analizó, la tarde de este lunes, 16 de octubre del 2017, en una entrevista para EL COMERCIO la situación política de Ecuador. Además, habló sobre su relación con el presidente Lenín Moreno y su exmovimiento político.
El exministro de Seguridad Interna, durante el gobierno de Rafael Correa, dijo que él no es asesor del Presidente y que tienen en común su formación democrática. Larrea y Moreno se conocieron en 1977 durante la Dictadura Militar en Ecuador, en esa época formaron parte de un movimiento estudiantil que buscaba el regreso a la democracia, según narró el exfuncionario.
El expartidario de AP aseguró que el presidente Moreno tiene el suficiente apoyo para promover leyes dentro de la Asamblea Nacional. Para Larrea, existe una mayoría amplia para impulsar las leyes prioritarias del actual Gobierno. El representante de Democracia Sí considera que esa mayoría se configuró por el diálogo que ha propuesto el Primer Mandatario y que ha hecho que diferentes líneas políticas converjan.
Larrea destacó las propuestas de diálogo que ha fomentado el Presidente con diferentes sectores del país y mostró su apoyo al actual Gobierno. Además manifestó que no busca un cargo político y que esa no es la razón por la que respalda al Primer Mandatario.
A continuación la entrevista completa a Gustavo Larrea:
¿Cuál es su lectura sobre las primeras medidas de Lenín Moreno?
Este proceso inicia cuando él asume el poder el 24 de mayo y en su discurso inaugural nos da una clara señal de hacia dónde iba su Gobierno. El momento en el que anuncia que impulsará el diálogo nacional y se inician las reuniones con dirigentes sociales, políticos y gremiales evidencia un cambio de la posición del Gobierno anterior, que planteó la confrontación como instrumento político.
Nos encontramos ante a un Presidente que cambia su estrategia política y va hacia una línea de diálogo. En el diálogo la democracia resurge, resurge la necesidad del pleno respeto a los derechos ciudadanos a las libertades a la independencia de las funciones del Estado y se inicia un camino que básicamente es un camino de transición hacia retomar el sendero histórico del país que siempre debió ser. Más democracia, más derechos
¿Cómo interpreta estos números: 8 de cada 10 ecuatorianos apoyan le gestión del Presidente, a qué responden estas cifras?
Creo que responden a que el Presidente fue más allá de las expectativas que los ecuatorianos nos hacíamos de su Gobierno. Creo que el momento en el que se dan cuenta que el presidente Lenín Moreno habla con sinceridad, habla con diálogo, que no está imponiendo, que está buscando grandes acuerdos nacionales, que está manejando el país con gran honestidad y sinceridad, desde luego genera la gran adhesión que él tiene en este momento y que espero continúe en los próximo años.
¿Cuánta de esa estrategia política podemos endosarle a usted como asesor del Presidente?
Primero yo no soy asesor del Presidente. No ocupo esa función, por lo tanto no se me puede endilgar ninguna responsabilidad. El responsable de esto es el presidente Lenín Moreno y su equipo de Gobierno.
Públicamente usted ha dicho que conversa con el Presidente, hablan de política y le da consejos no oficiales, pero habla con el Presidente
Hablamos de política y coincidimos en muchas cosas. Yo pienso que más que consejos son coincidencias. Creo que tenemos una formación democrática común, compartimos en nuestra juventud los mismos sueños y las mismas esperanzas de un mundo y un país más justo, más productivo, más democrático y creo que eso nos une, más allá de que no conversemos, aunque de vez en cuando conversamos.
¿Cuándo se conocieron con el Presidente?
Debe ser en el año 77, aproximadamente, cuando iniciamos una lucha contra la dictadura militar de esa época y participamos juntos en unas jornadas que dignificaron al país, que fueron las jornadas de abril de 1978 donde la ciudad de Quito se paró 21 días. Muchachos, estudiantes de universidad nosotros y estudiantes secundarios, paralizaron la ciudad de Quito al grito de: ‘dictadura no, democracia sí’.
Incluso el nombre de la organización en la que hoy milito es Democracia Sí en honor a la lucha contra el autoritarismo y cualquier forma de gobiernos tiránicos, autoritarios o caudillistas como el que acabamos de vivir y como el que vivimos en la dictadura militar.
Cuando se habla de Alianza País, usted fue uno de los fundadores de esta organización, ¿Cómo la ve después de todo este tiempo?
La veo con un conflicto interno que es indudable que existe. Hay dos posiciones y matices, pero las posiciones centrales son gente que comprende la necesidad de retomar el cauce histórico de la democracia y el espíritu de Montecristi; y gente que cree que no, que continúa con una línea de imposición y de confrontación y creo que esas son unas líneas que debate el movimiento Alianza País y dejemos que ellos la resuelvan. Nosotros no tenemos nada que hacer ahí, ese es un problema interno que ellos tienen que resolver.
¿Cómo ve la capacidad organizativa de Alianza País, ese gran partido que ganó diez elecciones?
Yo creo que esta organización está viviendo un proceso de conflicto interno, de crisis política. Por un lado, tesis que retoman cauces históricos que nos están brindando un futuro de esperanza, que ganan terreno y tesis que nos plantean la confrontación, la imposición que van perdiendo terreno.
Yo creo que ese es el dilema que vive este momento Alianza País, que creo que hace rato perdió la brújula de dónde hay que estar. Hay que estar de lado de los derechos humanos, las libertades, la democracia, el diálogo y no del lado del caudillismo, la concentración de poder, la exclusión, la criminalización de la protesta social. Esos dos lados hoy se expresan, pero dejemos que ellos resuelvan su dilema. No quiero meterme en terrenos del vecino, eso es un problema de ellos y deben resolverlo ellos.
¿En qué medida esto afecta la gobernabilidad de Lenín Moreno? Hemos visto que la oposición, la parte crítica que se ha ido configurando sobre su gestión han llegado desde esa ala dura crítica de Alianza País
Hay expresiones de un ala radical, dura, pero también hay expresiones de un ala democrática que está junto al Presidente y que nosotros, desde afuera, valoramos como importante.
¿Usted cree que Lenín Moreno necesita de Alianza País para gobernar o puede gobernar sin contar con esta estructura?
Yo creo que hay un momento político en el país, que nació el 24 de mayo y que va marcando una diferencia con el pasado reciente y con el pasado, pasado. Esa línea la marca sin duda un Presidente de brazos abiertos, de mano extendida. Es un nuevo momento, hay que disfrutarlo, hay que vivirlo intensamente porque el país está recobrando la calma, la tranquilidad, el respeto de unos a otros y creo que eso es lo más importante.
El Presidente no necesita una plataforma reducida a una sola fuerza política. Necesita una plataforma mucho más amplia donde el Presidente puede unir a distintas tendencias políticas, a distintas voluntades y creo que hay que actuar con mucha amplitud. Nno se trata de hegemonismo, sino todo lo contrario, abrir los brazos para construir una nueva mayoría en el país con amplitud.
¿A cambio de qué?
A cambio de democracia, de desarrollo económico, producción de empleo, respeto a la naturaleza, pleno respeto a los derechos humanos a las libertades, creemos que hay que retomar ese cauce y hay que hacerlo rápido por eso la consulta popular es muy importante porque ahí el país tendrá que escoger entre el sí y el no. El sí es apoyar la democracia.