El discurso de Guillermo Lasso fue girando en torno a la familia ecuatoriana y a la suya, que la que ha formado con su esposa: cinco hijos, dos nueras y cinco nietos. Foto: Mario Faustos/EL COMERCIO
El movimiento Creo montó un coliseo gigante para el cierre de la campaña presidencial de Guillermo Lasso.
En los parqueaderos del Centro de Convenciones de Guayaquil se reunieron más de 10 000 personas, según los organizadores, que habían llegado desde distintos sectores de la ciudad y varias ciudades, la tarde de este jueves 16 de febrero del 2017.
A las 19:50 el director de Creo, César Monge, anunció que “el líder del cambio” ya iba camino al escenario, que tenía graderíos en sus costados y sillas que se instalaron para el megaevento.
El grupo femenino Candela y Son cantó durante dos horas salsa, cumbia y el jingle de campaña ‘Vamos por el cambio’. Y el candidato a asambleísta en Guayas, Héctor Yépez, debutó como cantante con canciones de Héctor Lavoe adaptadas con estribillos de campaña.
El candidato a la Vicepresidencia, Andrés Páez, también había dado un duro discurso contra el ‘correísmo’. Dijo que estaba orgulloso de pertenecer al “único binomio de la unidad” que busca recuperar la “democracia y la libertad” del país. Mientras, la gente gritaba “fuera Correa, fuera”, él pidió “preso Correa, preso” y ofreció fiscalizar al Gobierno que ha gobernado diez años el Ecuador.
También lanzó un mensaje de unidad a “las bases y a los líderes” de las agrupaciones de la oposición. Foto: Mario Faustos/EL COMERCIO
En la pantalla gigante se observaba cómo el candidato de la alianza Creo- SUMA se abría paso entre una marea de gente que lo quería tocar. Y él hacía esfuerzos por saludar a la gente que estaba a su alrededor en un camino estrecho.
A un costado del coliseo se abrieron unas rejas para que ingresara Lasso, su esposa María de Lourdes Alcívar, sus cinco hijos (Juan Emilio, Guillermo Enrique, Santiago, ‘Luli’ y María Mercedes). Él vestía camisa blanca y un ‘blue jean’.
Había llegado antes de las 18:30 a las oficinas centrales de Creo, en la parte posterior del Centro de Convenciones, y esperaba salir al escenario. Mientras, sus familiares, militantes y candidatos, como Guillermo Celi, postulante nacional a la Asamblea, también arribaban para lo que consideraban un cierre triunfal de campaña.
“Este es el gran cierre de la primera vuelta, el lunes comenzaremos la segunda vuelta y con una gran campaña vamos a ganar el 2 de abril”, decía Lasso. Fue el inicio de un discurso con tinte triunfalista, que duró más de media hora, y que concluyó con un llamado a los líderes y candidatos de la oposición para que se unan “al cambio” que propone para derrotar al ‘correísmo’ en la segunda vuelta.
Agradeció a su militancia por haber llegado y aguantar “unas gotas de agua bendita para el pueblo ecuatoriano”, a propósito de la leve lluvia que cayó sobre Guayaquil. Señalaba el cielo cuando dijo que su padre y su madre le han dicho que está en el lado correcto de la historia, “porque queremos democracia y libertad en el Ecuador”.
Recordó a su padre como un servidor público que un sueldo mantenía una familia de 13 personas (11 hijos). Esa experiencia personal sirvió para enviar un mensaje de estabilidad a los servidores públicos del país.
Además, insistió en el valor del empleo y las preocupaciones de las familias ecuatorianas por la falta de oportunidades laborales, para justificar su propuesta principal: 1 millón de empleos en cuatro años. Esa oferta, dijo, estará dirigida para los jóvenes, adultos mayores, madres solteras.
Su discurso fue girando en torno a la familia ecuatoriana y a la suya, que la que ha formado con su esposa: cinco hijos, dos nueras y cinco nietos. Con la mano en alto de María de Lourdes Alcívar ofreció todo el esfuerzo para lograr un cambio en el país.
“No quiero el cargo del Presidente de la República, yo quiero el trabajo del Presidente de la República”.
A momentos se le quebraba la voz, después del desgaste de una semana llena de discursos en cierres masivos de campaña en Cuenca, Quito y Guayaquil y de hasta cinco o seis entrevistas diarias en medios de comunicación.
Añadió que viene de la generación del esfuerzo y de asumir desafíos. Según Lasso, a pocas horas de las elecciones hay dos certezas y una duda: la primera que habrá segunda vuelta; la segunda, es que en la segunda vuelta “estaremos ustedes y nosotros para vencer al ‘correísmo’”. Y la única duda, añadió, “es si llegaremos primero o no, pero son ustedes los ecuatorianos quienes van a despejar el orden de llegada”.
El candidato presidencial se dirigió a las bases del movimiento oficialista Alianza País (AP). Les dijo que sabe que sus líderes los han decepcionado y que no se preocupen, pues “no venimos con venganza”. Mencionó que en el proyecto político de gobierno de la alianza Creo-SUMA “ustedes tendrán un espacio y no tendrán de qué preocuparse, sus líderes que se preocupen”.
También lanzó un mensaje de unidad a “las bases y a los líderes” de las agrupaciones de la oposición: Izquierda Democrática (ID), Pachakutik, del Partido Social Cristiano (PSC) y de los Socialistas.
El próximo lunes señaló “todos juntos” comenzarán a escribir la nueva historia del Ecuador. “Vamos todos juntos por el cambio, con optimismo, sin miedo”. Pidió que “con madurez y con humildad demos vuelta a la campaña electoral”. Y que se dejaran atrás los “los resentimientos y los agravios”, por delante “nos espera el pueblo ecuatoriano que pide democracia, prosperidad, libertad y solidaridad”.
Le dijo a Paco Moncayo que como hombre respetable, honorable y héroe del Cenepa tiene mucho que enseñarle. Y a Cynthia Viteri que es trabajadora, inteligente, con experiencia parlamentaria y “mucho deberé escucharte a ti en la etapa del cambio”.
Lasso anunció que el lunes comenzará la segunda etapa de la campaña desde las cinco de la mañana para llevar el mensaje del cambio y les pidió que sumaran Moncayo y Viteri.