Lasso promoverá las alianzas y Moreno incentivará las inversiones

La Universidad Politécnica Salesiana es uno de los integrantes del  programa Alianza para la Formación Profesional. Foto: Archivo / EL COMERCIO

La Universidad Politécnica Salesiana es uno de los integrantes del programa Alianza para la Formación Profesional. Foto: Archivo / EL COMERCIO

La Universidad Politécnica Salesiana es uno de los integrantes del programa Alianza para la Formación Profesional. Foto: Archivo / EL COMERCIO

El modelo de trabajo articulado entre Estado, empresa y sistema educativo es una constante aspiración que no termina de consolidarse en el país.

Entrevista con el director del Área de Gestión de la Universidad Andina, Wilson Araque y Carlos Ribadeneira, expresidente de la Capeipi, junto a Xavier Basantes y Pedro Maldonado de EL COMERCIO, analizan el escenario que se les presenta a las pymes con el nuevo Gobierno.

Este concepto, al que también se lo denomina triple hélice, viene del triángulo de Sábato, un modelo que, a breves rasgos, asegura un beneficio para una sociedad cuando las instituciones trabajan juntas.

“Esto quiere decir que las organizaciones se comunican, cooperan y establecen relaciones a largo plazo, con condiciones económicas, jurídicas y tecnológicas que fortalecen la productividad y la innovación”, en palabras de Camilo Pinzón, presidente de la Corpora­ción para el Emprendimiento y la Innovación del Ecuador (CEIE).

Medir este triángulo aún es complicado en el país. Uno de los instrumentos que se aproxima al tema es el AEI Index, un indicador creado por la CEIE, que analiza el emprendimiento y la innovación, con la participación de empresas, universidades y entidades públicas. Este indicador revisa siete pilares: innovación, talento humano, política y marco regulatorio, soporte, mercado, cultura y financiamiento.

El pilar de menor desarrollo es el marco regulatorio, que le corresponde al sector público. Para Andrés Robalino, presidente de la Cámara de Industrias de Cuenca, aún existe una tarea para los tres actores de esta triple hélice. “De la parte pública se requieren políticas para temas laborales. La rigidez laboral complica la contratación de pasantes”.

El dirigente gremial añade que en el sector empresarial aún no hay la seguridad de que una universidad pueda innovar en procesos productivos. “Las universidades, por su parte, sí cumplen esa condición, pero no tienen la confianza de las empresas”.

Robalino considera que las universidades siguen graduando a personas que no tienen posibilidad de entrar al mercado porque no cumplen con la expectativa del sector productivo. “La universidad debe conocer las necesidades del mercado para generar carreras”.

Nelson Baldeón, representante en Ecuador del Massachusetts Institute of Technology (MIT), cree que para que la fórmula del triángulo funcione es necesario dejar de criticarse entre los tres actores. “No avanzamos porque todo se toma personal y esto genera fuertes resentimientos que hace que no podamos hablar”.

El vocero del MIT asegura que los actores deben entender que apoyando a la libertad se genera innovación. Mientras no se encuentre ese punto de equilibrio no habrá espacio para el diálogo multidisciplinario e interinstitucional, asegura Baldeón.

Un ejemplo de diálogo es el proyecto Alianza para la Formación Profesional. Este modelo es financiado por el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania y cuenta con el apoyo de las cámaras de industrias; su meta es apoyar la implementación de carreras técnicas y tecnológicas con formación dual en Ecuador.

Ésta consiste en combinar la teoría y la práctica a través del modelo ‘aprender haciendo’. Es decir, sus lugares de aprendizaje son los centros de capacitación y las empresas que participan en el programa.

Uno de los participantes es la Universidad Politécnica Salesiana (UPS). La primera promoción tuvo 65 estudiantes; los estudiantes se capacitaron entre septiembre del 2015 y agosto del 2016. Las clases se dictaron en el Centro de Tecnología Industrial de la UPS, en Cuenca. Con este modelo se busca a estudiantes que quieren realizar una inserción laboral en el corto plazo.

Las propuestas de los candidatos

El candidato de Creo, Guillermo Lasso, ofrece impulsar alianzas público-privadas para que las empresas trabajen junto al gobierno en la ejecución de obras.

Habrá un modelo de cofinanciamiento responsable, disminuyendo el gasto del Estado y manteniendo la generación de políticas y servicios públicos. Además, dice Lasso, las universidades recuperarán la libertad para investigar. “De esta manera podremos nutrirnos de las evaluaciones independientes y de las voces críticas de la academia sobre nuestra gestión de gobierno”.

Del lado de Alianza País, Lenín Moreno, asegura que su gestión se enfocará en impulsar la investigación científica y tecnológica y su vinculación con el sector productivo. “Incentivaremos nuevas inversiones, polos regionales de desarrollo con incentivos para la universidad y el sector privado, el financiamiento de proyectos de investigación-desarrollo-innovación orientados a las prioridades nacionales”.

Moreno dice que es necesario el compromiso del sector productivo para financiar proyectos de mutuo interés desarrollados en las universidades y para fortalecer el modelo de ‘educación y trabajo’.

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