Las imágenes de empujones y forcejeos entre agentes de control del Municipio de Guayaquil y miembros de la Policía Nacional, la tarde del miércoles 22 de junio de 2022 no son hechos aislados. Son, según testigos, incidentes que se ha repetido desde el inicio del paro nacional.
La disputa entre los representantes de las fuerzas del orden en el Parque Centenario tuvo su origen en las agresiones que los municipales habrían cometido en contra de los manifestantes, que se agrupaban en este tradicional punto de la ciudad.
“Nos tiraban las motos y empujaban, la Policía Nacional llegó a rescatarnos”, dijo una integrante del movimiento feminista que convocó a la manifestación. Señaló que, como los días anteriores, estaban en actitud pacífica.
Un oficial de la Policía Nacional que se encontraba en el lugar confirmó la versión de la activista. “Nos dan más trabajo los municipales que los mismos manifestantes”, señaló el uniformado.
Tras los empujones, los agentes municipales se colocaron a un costado de la avenida 9 de Octubre y cuando se inició la marcha se trasladaron al final de los manifestantes, haciendo sonar las sirenas de sus motos y patrulleros.
La persona que comandaba a los metropolitanos agredió con un empujón a un Miembro del Comité Permanente de los Derechos Humanos (CDH).
Versión municipal
El Municipio de Guayaquil tiene su propia versión del altercado. “Lo que ha sucedido este miércoles 22 de junio es un breve malentendido que no pasó a mayores”, respondió el Cabildo a un pedido de información de EL COMERCIO.
En su documento señala además que “se dialogó y se solucionó rápidamente”. Además, destacó que las acciones de vigilancia y custodia de las protestas se hacen en coordinación con Policía Nacional y Fuerzas Armadas.
Una fuente al interior de la policía municipal confió a EL COMERCIO que el problema se solucionó cuando el policía a cargo del operativo señaló que iba a detener a la persona que comandaba al piquete municipal si no cambiaba de actitud.
Un miembro de la Policía Nacional validó lo señalado por el agente municipal y dijo que la relación fue tirante desde el inicio de las marchas.
Ciudad blindada
De manera paralela al inicio del paro, la alcaldesa Cynthia Viteri puso en marcha un plan para impedir el acceso de manifestantes a la ciudad. Para esto mantiene patrulleros y volquetas con material pétreo en los puntos de acceso terrestre a la ciudad.
Según Viteri, este es el primer paso de un plan de cinco etapas que se activaría en caso de un ataque a la ciudad.
“Nosotros actuamos, no hablamos. Actuamos desde el primer día cerrando las vías”, dijo Viteri. La Alcaldesa, que pretende la reelección, puso la foto de un dirigente indígena de Cotopaxi con un cartel de se busca. Esta acción hizo que los indígenas nacidos en Guayaquil la califiquen de racista.
Este intercambio deterioró la relación entre la funcionaria y el movimiento indígena local, a tal punto que un día después de la marcha del martes 21 de junio hubo incidentes en el mercado mayorista de la ciudad, donde tuvieron protagonismo los municipales.
Funcionarios de civil
Fue en la marcha del 21 de junio donde se vio la presencia de una veintena de personas, armadas con unos cables trenzados que servían como látigos. Cuando el equipo de EL COMERCIO llegó al Mercado mayorista preguntó a un policía municipal sobre esta novedad y señaló que eran “funcionarios municipales dispuestos a defender al mercado”. Esta versión fue corroborada por su superior.
Un funcionario del Cabildo comentó que es personal de las direcciones de Justicia y Vigilancia, Mercados, Vía Pública y policías metropolitanos.