En el centro de Guayaquil, para ser precisos la Gómez Rendon entre Los Ríos y Esmeraldas, se encuentra la calle de los mariachis. En el lugar, una docena de conjuntos musicales ofrecen lo mejor del repertorio de la música tradicional mexicana.
En este sector, la mayoría de mariachis desconocían que el 21 de enero de cada año se celebra el Día Internacional del Mariachi, que incluso ha sido reconocido por la Unesco (La Organización de las Naciones Unidas para la Cultura, las Ciencias y la Educación) como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, con el fin de mantener viva la tradición y celebrar su riqueza de esta expresión cultural mexicana.
“La gente nos recibe con cariño, incluso, cuando llegamos a un lugar, los más pequeñitos corren y nos abrazan”, comenta Luis Contreras, integrante del mariachi “Los Reyes”.
Señala que la música tradicional mexicana y la presencia de los Mariachis en un evento, hace que las emociones broten, pues generalmente se tratan de serenatas para padres, esposas y hasta entierros.
“La gente llora de emoción o explota de la alegría, pero siempre se emociona mucho”, sostiene Contreras.
“Los Reyes” van a serenatas, donde les piden básicamente temas del repertorio de Vicente Fernández, recientemente fallecido, o boleros, pasillos y otros temas.
“Nos piden ´Esposa´, las de Julio Jaramillo, o ´El Aguacate´. Tenemos que estar preparados para todo”, asegura.
Patricia, cantante de otro grupo musical, señala que le pagan USD 10 por presentación y que, en una noche de sábado, las más cotizadas, puede juntar unos USD 40.
“Ya alcanza para la comida de algunos días, a eso se le suma una o dos presentaciones entre lunes y viernes, ya rinde”, señala esta venezolana que alterna su actividad de cantante con las labores domésticas.
Contreras señala que el negocio no ha decaído a pesar de las restricciones por el Covid y que sí se logra hacer unas dos presentaciones por día. Coincide con Patricia en señalar que los sábados son los días de mayor movimiento.
“Pero nosotros trabajamos de lunes a domingo”, sostiene.
Pero no todo es alegría, ya que una de las ramas del negocio más solicitadas es la de los velorios y sepelios.
“Ahí nos piden ´Por algo me han de recordar´”, señala Contreras en referencia al pasillo.
Pero sea para una fiesta o un velorio, los mariachis del centro de Guayaquil están atentos a satisfacer a sus clientes ya que, como dice la ranchera, “cantando se alejan, cielito lindo, los corazones”.