Los beneficiados recibieron su contrato y sus respectivas cuentas de ahorro. Foto: Narcisa Rendón /El Comercio
La mitad de los beneficiados firmaron un contrato laboral. Dentro del Centro de Rehabilitación Social (CRS) Regional, en Guayaquil, 30 personas privadas de la libertad realizarán dos tipos de trabajo remunerado. Entre 5 000 y 10 000 panes diarios para el consumo interno, procesará el personal seleccionado, mientras cumplen su sentencia en este Centro. La empresa que los contrató fue la Fattoría, encargada de la alimentación de las PPL. Otro grupo de reclusos, fabricará lápices de colores a través de la firma Carioca. Entre 100 a 120 cajas, crearán en ocho horas laborales.
Los representantes de ambas empresas, se presentaron en el acto oficial de entrega de los contratos, realizado este martes 10 de noviembre.
La ministra de Justicia, Lady Zúñiga, participó del evento y sostuvo que los sueldos que reciban los privados de libertad, no serán menores al salario básico (USD 354). “Hemos dado cumplimiento a una disposición contemplada en el Código Orgánico Integral Penal (COIP) que permite que las PPL, como parte de su proceso de rehabilitación, puedan acceder al trabajo penitenciario”, dijo Zúñiga.
Tales sueldos serán depositados a través de cuentas financieras en el Banco Nacional de Fomento (BNF). El 10% del salario que reciban, estará destinado a cubrir la indemnización por sus sentencias. Otro 25% del dinero será destinado a su manutención dentro del CRS. El 35%, será derivado a los familiares, y el 30% restante permanecerá en un fondo de reserva en las cuentas bancarias.
Los beneficiados, la mayoría personas que superan los 40 años, recibieron su contrato y sus respectivas cuentas de ahorro. Ellos fueron seleccionados al trabajo remunerado por su “conducta ejemplar” dentro del Centro, según lo caracterizó la ministra Zúñiga. La funcionaria además resaltó que el programa se extenderá a otros Centros de Privación de Libertad. Sin embargo, en Santo Domingo, cuatro personas sentenciadas también laboran en la producción de alimentos.
En este año, el Ministerio de Trabajo y el de Justicia, aprobaron un Reglamento que regula el trabajo especial en relación de dependencia de las personas que cumplen una pena. Según esta norma, “las personas que se encuentren cumpliendo una pena privativa de libertad podrán desarrollar actividades de trabajo en relación de dependencia de carácter artesanal, intelectual, artístico, de manufactura, o productivo”. Las labores se realizarán dentro de los centros de reclusión, en áreas exclusivas donde, a la vez, se reparten talleres de formación.