Guayaquil es un imán de negocios asiáticos

En este local se comercializan verduras asiáticas.

En este local se comercializan verduras asiáticas.

En este local se comercializan verduras asiáticas.

El letrero frontal del negocio Zhong Ji está escrito en mandarín. La traducción al español es Productos asados. Están a la vista, tras grandes vitrinas, cautivando la atención de quienes frecuentan el corazón de Guayaquil. Es un enclave de China en Guayas.

En una zona del centro se concentra buena parte de los negocios tradicionales de la comunidad china. Son unos 30, entre restaurantes, almacenes de ropa, abarrotes y bazares, en ocho manzanas.

En todo Guayaquil hay unos 25 000 ciudadanos del gigante asiático, según la Colonia China. En el 2011, según Proecuador, 9 000 personas de China llegaron al país.

Infografía de la salida de ecuatorianos a China y la entrada de chinos al país. Fuente: Proecuador

El número escaló hasta llegar a 18 000 el año pasado. Y en lo que va del 2016, hasta agosto, ya suman 15 000.

El clima del Puerto Principal y el movimiento comercial motivaron a Alex Cheng, dueño del local Zhong Ji, a radicarse. Vende legumbres, salsas y condimentos importados.

El Zhong Ji está ubicado en la vía Colón, entre Boyacá y García Avilés. Ofrece botellas etiquetadas con salsa de soya, aceite de ajonjolí o de ostión de marcas como Lee Kum Ki.

Sus clientes cautivos son los integrantes de la propia comunidad china en Guayaquil.

José Wonsang, presidente de la Sociedad de Beneficencia de la Colonia China del Ecuador, cuenta que los negocios surgieron precisamente para cubrir la demanda de la población china en la ciudad.

Por eso ellos se refieren a la zona, con cariño, como su ‘barrio chino’. El sector es aledaño al punto de mayor comercio de la urbe: La Bahía.

En las mañanas, a lo largo de las calles Sucre y Colón –en el cuadrante entre Pedro Carbo y García Avilés- el movimiento es más intenso. Se ve a los dueños de los locales abasteciéndose de productos, organizando sus negocios, departiendo con los ecuatorianos que llegan.

El pan al vapor, un producto de Leonardo Lee.

Para los clientes locales, el producto preferido es el pato, en sus diferentes preparaciones. El macerado del ave puede tardar dos días. “Los ecuatorianos desconocen el uso de muchas de las legumbres, pero les llama mucho la atención la comida, la mitad de nuestros clientes son de este país”, dice Chung, de 52 años, quien vive 14 años en esta ciudad.

En la tienda de abarrotes y verduras de Hua Wei Liao, en las calles Sucre y Chile, se comercializan legumbres cultivadas en Milagro (Guayas). A la zona también llegan productos agrícolas que proceden de Quito y Quevedo.

Cerca de Guayaquil, en la vía a la costa y vía a Daule existen también dos granjas agrícolas. Ciudadanos chinos cultivan productos como la achojcha amarga, el zambo, el nabo chino, el nabo choi sang.

La migración desde el gigante asiático comenzó por el año 1 900. Pero desde hace cinco, como reconoce la embajada de ese país en Ecuador, comenzó a ser un destino buscado.

Previamente hubo cambios en las normativas que alentaron los flujos migratorios. China le concedió al Ecuador el estatus de destino autorizado para el turismo, en el 2006.

Según los registros de Migración, entre el 2011 y el 2015, las llegadas de chinos solamente por turismo crecieron 11%, al pasar de 3 671 a 4 070.

Aunque al comparar con el resto de motivos de viaje se observa que lo que más se incrementó en ese período fue por negocios (368,2%).

El pasado 18 de agosto, el Acuerdo entre China y Ecuador sobre la supresión de visas para los portadores de pasaportes ordinarios entró en vigencia. No se necesita visa para viajar. La medida, se dijo, busca facilitar aún más el intercambio entre los dos países.
Y no solo de turismo, sino también en diferentes áreas de cooperación. Ya hay, por ejemplo, 498 estudiantes ecuatorianos en China especializándose en varias áreas.

La expectativa es que más personas puedan aprovechar las becas y programas financiados por el Gobierno de ese país, en coordinación con las autoridades ecuatorianas.

En un principio, los ciudadanos chinos que llegaban a Guayaquil eran principalmente de la provincia Cantón, según Wonsang, de la Sociedad de Beneficencia, entidad que tiene 107 años de historia. Ahí el clima es parecido al de esta urbe portuaria.

“Hoy tenemos grupos de Macao o de Fujian -cada región es inmensa- y hablan un dialecto distinto, aunque el idioma oficial es el mandarín”, dijo.

Cada vez más personas se interesan por acercarse a su cultura. “La gente de Guayaquil nos está empezando a conocer”, dijo Leonardo Lee. Él es dueño de la Dulcería China, ubicada en las calles Sucre
y Chimborazo.

Hasta ahí llegan colegiales de la zona para comprar el esponjoso y tradicional pan blanco al vapor relleno de salsa de fréjol o de cerdo. Se ha convertido en una ‘hueca’ del ‘barrio chino’ para los jóvenes.

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